En los últimos días se produjo una escalada en la represión contra las comunidades originarias en Chubut. Los integrantes del pueblo mapuche, así como las personas que acompañan la lucha por sus derechos ancestrales y el reclamo por la liberación del lonko Jones Huala –que fue nuevamente detenido hace un mes por el pedido chileno de extradición–, empezaron a ser vigilados y seguidos hasta sus domicilios por la policía provincial, demorados en las rutas por averiguación de antecedentes y hasta filmados y fotografiados en la vía pública.

La situación más grave, y sobre la que aún no hay información oficial, tiene que ver con la desaparición de Santiago Maldonado en el marco de un operativo de Gendarmería. La represión se inició el martes alrededor de las 7 de la mañana, cuando 80 integrantes de esa fuerza avanzaron sobre el corte de la ruta 40 y luego irrumpieron –sin mostrar ninguna orden judicial que los habilitara– en la Lof de Cushamen, situada a metros del lugar de la protesta. Primero efectuaron disparos hacia el puesto de vigilancia de la comunidad, hasta que finalmente ingresaron el predio quemando las carpas, colchones, muebles, frazadas y casas en construcción, mientras perseguían a los integrantes de la comunidad.

Según afirman los testigos, en un momento Santiago quedó retrasado y fue detenido por un grupo de gendarmes. “¡Acá tenemos a uno!”, llegaron a oír, y fue la última vez que se supo algo sobre el joven. Han pasado ya 24 horas y todavía no hay información sobre su paradero.

Frente a esta grave situación, la CPM presentó hoy un habeas corpus ante el juzgado federal de Esquel exigiendo que se garantice la vida, la integridad física y la libertad del joven. Al mismo tiempo reclama el cese de la persecución y criminalización de los pueblos originarios.

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