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Es uno de los agentes penitenciarios que estaba de guardia la noche del incendio y aún presta servicios en la Unidad 28 de Magdalena. Frente a los jueces dijo no recordar nada de esa noche y mintió acerca de no haber comentado los hechos con otros compañeros. El pedido de detención lo realizó uno de los abogados de la defensa.

Esta semana comenzaron a declarar frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de La Plata los funcionarios penitenciarios que estaban de guardia la noche del 16 de octubre de 2005, cuando ocurrió la masacre. A diferencia de los relatos de las personas que estuvieron detenidas en aquel momento los de los agentes en servicio aquella noche son vagos y sus recuerdos escasos.

En la última jornada de la semana el caso más evidente fue el de Javier Casco. “Yo en este momento no te puedo decir puntualmente porque no recuerdo como para hacerte un relato. Lo que declaré es lo que vi y lo que pasó, en este momento no tengo la declaración”, comenzó excusándose.

-¿Recuerda que hubo in incendio?- preguntó la fiscal

–  Sí

-¿Recuerda si fallecieron personas?

– Se sabe que murieron treinta y algo de personas pero por eso no porque yo me acuerde.

– ¿No tiene la imagen de una noche muy particular? –quiso saber después una defensora.

– Sí seguramente.

– ¿Se acuerda qué se comentó después de esa noche que tiene en blanco?

– No, yo no recuerdo en este momento nada.

Al finalizar el testimonio Darío Saldaño, uno de los abogados de la defensa, pidió su inmediata detención por falso testimonio. Si bien la fiscalía en principio pidió diferir la decisión al escuchar al testigo  siguiente también acompañó la acusación, aunque no compartió la detención.

Llama la atención que a pesar de la gravedad de lo ocurrido los integrantes del servicio penitenciario que testimonian aseguran en general no haber comentado nada entre los compañeros tras los hechos. Tampoco pueden identificar con quiénes trabajaban en aquel momento ni describir las acciones que llevaron adelante esa noche.  “Si no salieron es porque no quisieron salir, estarían enojados”, llegó a decir uno de los funcionarios que se desempeñaba como encargado de pabellón.