Arte Social Argentino

Octubre – Noviembre 2005

Muestra colectiva: Abraham Vigo, Juan Manuel Sánchez, Mario Mollari y Ricardo Carpani, Adrián Pandolfo, Nora Patrich.

Esta muestra expuso trabajos realizados por el artista Abraham Vigo, integrante del Grupo «Los Artistas del Pueblo» (1920-1928) y pinturas y dibujos realizados por el «Grupo Espartaco» (1958-1960). La selección de obras incluyó a los artistas Ricardo Carpani, Mario Mollari y Juan Manuel Sánchez. Y desde una perspectiva contemporánea, se incluyeron obras de dos discípulos del grupo: Nora Patrich y Adrián Pandolfo. La muestra fue curada por Alberto Giudici.

 

Texto de la muestra

Arte Social en Argentina

por Alberto Giudici

Promediando el siglo pasado, una renovación de la pintura social se produce a partir de la labor mancomunada del «Grupo Espartaco». Su núcleo fundacional, en 1959, los formaran Ricardo Carpani, Mario Mollari y Juan Manuel Sánchez, junto con Juana Elena Diz, Esperilio Bute, Carlos Sessano, Pascual di Bianco, el boliviano Raúl Lara Torres y Franco Venturi, éste último detenido-desaparecido durante la última dictadura. Y así como los «Artistas del Pueblo» hacían del grabado octavillas que se distribuían entre obreros del puerto y las incipientes organizaciones gremiales, el Grupo Espartaco buscó la realización de un arte monumental, dirigido a las masas, pero al mismo tiempo con una estética que se nutría de muchos de los aportes de las vanguardias artísticas. De ahí que propugnaran «dejar de lado todo dogmatismo en materia estética» para que cada integrante utilizara los elementos plásticos más acordes con su temperamento. _ Su apuesta era a un arte público siguiendo los postulados del muralismo mexicano y del pintor brasileño Cándido Portinari. «De la pintura de caballete, como lujoso vicio solitario, hay que pasar resueltamente al arte de masas, es decir, al arte», declaraban en su Manifiesto fundacional. De esa sentencia firme, surgió una iconografía que tenía como protagonistas a trabajadores industriales, en Carpani; campesinos en Mollari; mujeres obreras y perfiles urbanos en Sánchez. En cualquier caso, hablaban de una sola y bien definida geografía: Latinoamérica. _ Formada inicialmente en contacto cotidiano con el Grupo Espartaco y más tarde, durante sus años de exilio, con el muralismo mexicano, la obra de Nora Patrich lleva las marcas de los años de plomo, de la represión. En ella, nada es directo, sino alusivo, metafórico. Las figuras femeninas, que son el eje recurrente de su producción, evocan una y otra vez a las militantes que perdieron a sus compañeros. Habla, también, de su propia historia personal. Del mismo modo, en lo que conforma una tercera generación del arte social en el país, la producción gráfica de Adrián Pandolfo, realizada en la Patagonia, habla de fronteras interiores. De «fronteras impuestas cruelmente: indio/huinca, dictadura/resistencia, norte/sur», según sus palabras. Sus notables series de grabados, con paisajes desolados, cargados de misterio y de límites, son como el trazo de una herida que no cicatriza. _ Resistencia es quizás la palabra que resume un siglo de arte social en la Argentina, expresada, en apretado compendio, por la obra de artistas de muy diversas generaciones y estéticas. Como señaló el artista Juan Carlos Romero «resistir es luchar, mantenerse firme, oponerse, estar de pie». Es la gran lección de los artistas que no doblegaron banderas.