comisión provincial por la memoria
24 de septiembre
Jueces de instrucción declaran nula la ley de amnistía

El 22 de septiembre de 1983 el entonces presidente de facto Reynaldo Bignone promulgó la ley 22.924, publicada el 27 en el Boletín Oficial, conocida como Ley de Pacificación Nacional que impedía juzgar a los militares por los delitos cometidos durante el período 1976-1982, dando inmunidad a las FFAA. Será llamada popularmente como Ley de Autoamnistía.
En uno de sus fragmentos se expresaba: “Declárense extinguidas las acciones penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o finalidad terroristas subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 198 (…) La reconciliación nacional y superación de pasadas tragedias son los antecedentes necesarios para la consolidación de la paz. (…) Los efectos de esta ley alcanzan a los autores, partícipes, instigadores, cómplices o encubridores y comprende a los delitos comunes conexos y a los delitos militares conexos”.
La reacción pública no tardó en pronunciarse. En este sentido, el 24 de septiembre los jueces de instrucción Guillermo Ledesma y Jorge Torlasco fueron los primeros en declarar la nulidad de la ley “por ser sancionada por un gobierno carente de facultades”.
Dirá Ledesma en entrevista con la CPM: “Era evidente que el gobierno de Bignone estaba tratando de hacer un traspaso hacia la democracia razonable, pero esa declaración de impunidad nos pareció obscena. Después de lo que hiciste durante seis años con la suma del poder público, torturando y matando, haciendo desaparecer de una manera que jamás había ocurrido, por lo menos en este grado, en Argentina ni en muchas partes del mundo. Y no podíamos dejarlo pasar sin decir nada, nos pareció que no”.
Guillermo Ledesma integró el tribunal que juzgó en 1985 a la cúpula de la Junta Militar y esto fue posible porque el Congreso de la Nación ratificó la nulidad de la autoamnistía cuando asumió el poder el Dr. Ricardo Alfonsín.
Hoy, 40 años más tarde, los juicios siguen en proceso y pese a que muchos militares fueron condenados, muchos crímenes siguen impunes. Argentina es un ejemplo en el mundo en materia de juzgamiento de los delitos de lesa humanidad. Ese camino fue posible por la lucha de víctimas, de organismos de derechos humanos y de la sociedad que reclamó y marchó para condenar los crímenes atroces cometidos y quebrar el deseo de impunidad de los genocidas.

Entrevista con el Juez Guillermo Ledesma
Es abogado y juez argentino. Se destacó, entre otras cosas, por haber integrado el tribunal que en 1985 condenó a la cúpula militar, responsable del terrorismo de Estado durante el período 1976-1983.
Entrevista sobre la declaración de nulidad de la Ley de Pacificación Nacional el 24 de septiembre de 1983, promulgada por ex presidente de facto Reynaldo Bignone.
Yo salía de la Facultad de dar clases, una tarde a las 19 hs, una cosa así, y veo un título gigantesco en La Razón. Me compré una y salí corriendo para el Juzgado. Y después, hablé con unos jueces amigos y todos estábamos en la misma. Y bueno, declaramos insanablemente nula por unanimidad. Nos pusimos a estudiar todo esto y bueno, había muchos argumentos para declarar la Ley nula.
Los jueces que nos juntamos en ese primer momento que, además éramos muy amigos, éramos el Negro Ocampo (Oscar), Diego Peréz, Jorge Torlasco, que fue colega mío en la Cámara juzgando a los comandantes; Diego Pérez también fue compañero mío en el segundo juicio, cuando renunció Torlasco, en un juicio contra Camps y la policía de Buenos Aires.
Nos parecía incomprensible que los militares que habían cometido los hechos más aborrecibles, crímenes atroces, aberrantes… En ese momento la Lesa Humanidad no existía; nosotros aplicábamos el Código Penal y el Código de Justicia Militar y la Lesa Humanidad no existía. Existía pero no para aplicarla en estos casos. Bueno, no podíamos creer esto y empezamos a buscar bibliografía, encontramos mucha, y bueno, salieron 4 resoluciones y después salieron como diez más, individuales, porque cada uno tenía su juzgado.
En realidad si lo analizas desde el punto de vista constitucional directo, podría pensarse que estaba fuera de contexto pero fue una necesidad de repudiar un hecho que nos parecía imposible que se materializara en el país, después de todo lo que había ocurrido. En realidad era un caso concreto, pero no era un caso que caía bajo nuestro juzgamiento directo. Así que fue un acto, si se quiere, de audacia con relación a los motivos que nos llevaron a adoptar la decisión.
De esto han pasado más de 40 año. Por lo que me acuerdo del contexto, no era muy agitado. Era evidente que el gobierno de Bignone estaba tratando de hacer un traspaso hacia la Democracia razonable, pero esa declaración de impunidad nos pareció obscena. Después de lo que hiciste durante seis años con la suma del poder público, torturando y matando, haciendo desaparecer de una manera que jamás había ocurrido, por lo menos en este grado, en Argentina ni en muchas partes del mundo. Y no podíamos dejarlo pasar sin decir nada, nos pareció que no.
Y en ese momento, yo tenía una discusión, precisamente con esos tres jueces, porque yo decía lo que no está en los diarios no está en la realidad y ellos decían que los jueces hablaban solo por la sentencia y no publicaban lo que hacían. Bueno, en este caso sí publicaron, todos publicamos la nulidad que habíamos declarado. Pero si no, en general ellos conocían alguna patriada o si enfrentaban por alguna cuestión institucional a las FFAA o de seguridad, no la publicaban en los diarios.
Después vino el Congreso y en forma la declaró insanablemente nula, poco después de asumido Alfonsín, así que eso quedó como una cuestión simbólica.
¿Recibieron amenazas por eso?
Yo sé que a mi amigo Diego Pérez lo amenazaron de muerte por un asunto que tuvo con un comisario. A mí cada vez que tenía alguna cuestión con un militar o dictaba alguna resolución vinculada a un militar, me llamaban por teléfono y me amenazaban; y yo les decía: ‘mirá vos te escondes detrás de este tubo y yo lo que hago lo firmó´, y le cortaba. Pero salvo eso, que fueron varias veces, no tuve otros tropiezos más significativos.
Algunos cuando somos jueces nos hacemos más audaces. No reparamos mucho en las consecuencias y actuamos. Pero si bien, muchísimas cosas que yo me enteré en el juicio y en la lectura del Nunca Más, jamás tuve la idea de que eran tan sanguinarios. Pero de todas formas, yo tuve miedo varias veces cuando tuve algunos asuntos.
¿Cuál fue el impacto que tuvo la declaración de nulidad de la Ley?
Y creo que, además de la difusión pública y del consenso popular que había en contra de esa Ley, porque era escandalosa, no ha pasado nada. Sí generó un antecedente. La Junta ya había quedado muy desprestigiada con la guerra de Malvinas y el gobierno militar estaba cayendo, estaba buscando una mejor salida. Después el pacto militar- sindical que vino con posterioridad… Pero antes de las elecciones, yo creo que los militares se jugaban totalmente a que ganara el Peronismo, que ya había declarado que iba a respetar la Ley de autoamnistía.
No obstante esto, cuando fue el proyecto de Alfonsín reformando el Código de Justicia Militar para responsabilizar a una parte de las FFAA -de los superiores hasta jefes de subáreas-, resulta que el legislador Sapag le introdujo un cambio que derogó la existencia de la Ley de Obediencia Debida, en la que se basaba el corte para los subalternos. Le agregó: “salvo que los crímenes fueran atroces o aberrantes”. Y los crímenes combatiendo a la subversión, fueron prácticamente todos aberrantes: torturar, matar, hacer desaparecer. Son todos hechos aberrantes. Entrar a allanar el domicilio y llevarse todo… Todos son hechos aberrantes.