El proyecto

Paisajes de la memoria es un proyecto que lleva adelante la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) en la provincia de Buenos Aires con el fin de indagar, a través del relevamiento y lectura de los distintos marcas territoriales y señalizaciones de sitios, qué y cómo se recuerda el terrorismo de estado. También nos proponemos dar cuenta cómo se manifiesta en las calles de las ciudades o pueblos la denuncia sobre la violación a los Derechos Humanos en la actualidad.

En el año 2001 se realizó una muestra fotográfica que se denominó “Los Paisajes de la Memoria” como resultado de una primera instancia del proyecto que la CPM realizó junto a otras entidades y organizaciones de la provincia de Buenos Aires. En ese momento a través de la mirada de cinco fotógrafos –Ana Paula Far Puharre, Diego Sandstede, Alejo Garganta Bermúdez, Alfredo Srur y Sergio Pirolla– se propuso un recorrido por algunas de las huellas del horror y de las formas que grupos de la  sociedad han elegido para recordar lo sucedido durante la última dictadura militar. En esta primera instancia, acompañan a las fotografías tres mapas que señalan las marcas de la memoria y los lugares donde funcionaron los centros clandestinos de detención.

En el año 2008 se retomó el proyecto con la idea de poder completar el trabajo y profundizar en los relevamientos en la provincia de Buenos Aires. Con esta idea se realizó un rastreo fotográfico de cada señalización y marca encontrada, se llevaron adelante entrevistas a quienes fueron o son parte de este trabajo de marcación, se buscó documentación y, finalmente la diagramación de un mapa, con el objeto de indagar, analizar y transmitir las historias sobre la dictadura y las luchas por sus sentidos en el presente.

La tarea de señalar, el acto de enunciar que en este lugar se torturó o en este lugar se llevaron a mi hermano, mataron a mi papá, por estas aulas pasaron muchos estudiantes que hoy no están, no siempre es un proceso que se caracterice por fundarse en acuerdos. Estas señalizaciones muchas veces están cargadas de disputas y tensiones sobre los sentidos que se le asignan a un lugar, la negación o rechazo a la marcación e incluso las tensiones pueden encontrarse hacia el interior de los grupos “emprendedores de memoria”. De estas cuestiones queremos dar cuenta porque son parte también de la memoria colectiva y de la lectura que hagamos del presente.

El proyecto no deja de lado la indagación sobre la violación a los Derechos Humanos hoy.  Es decir, no sólo se intenta dar cuenta de un recorrido de la construcción de la memoria y de su presencia en las ciudades, pueblos o instituciones sino también de los señalamientos y denuncias que parte de la sociedad manifiesta ante la violencia por parte de las fuerzas de seguridad, la represión a los jóvenes, la tortura, prácticas que ocurrieron en el pasado y se mantienen en el presente. En este sentido, si el horror vuelve a repetirse bajo otros ropajes, debemos preguntarnos entonces, qué entendemos cuando hablamos de memoria.

Territorio y memoria

A los largo de casi 30 años de democracia la sociedad argentina creó espacio comunes de recordación y repudio al terrorismo de estado. Las plazas, las paredes, las entidades públicas, las calles, los pasillos de las universidades se llenaron de nombres de desaparecidos. Algunos de los lugares en donde durante la dictadura reinó el horror se transformaron en sitios para la construcción y transmisión de la memoria. La ausencia de los desaparecidos se emplazó en diferentes rincones de la ciudad; apenas un nombre, la referencia a “los compañeros”, “a ellos que lucharon”, se hizo presente a partir de diferentes soportes que resultaron ser vehículos para el recuerdo y conmemoración.

La construcción de la memoria y su señalización en la ciudad nos advierten acerca de las transformaciones que se dan en forma constante. Partimos de la idea de que si hay algo que se recuerda también hay algo que se olvida o que en todo caso no se nombra. Las señalizaciones, monumentos, esculturas, sitios son una forma de decir, de enunciar de diferentes maneras que alguien no está, a alguien se lo llevaron, o que en ese edificio o casa primó la militancia, un proyecto político y social.

En este sentido, puede pensarse la ciudad como la obra de un colectivo “que construyendo su ciudad se reconoce como tal, es decir, que construyendo su ciudad construye su identidad.” vuelve al territorio, indisociable de la memoria, y más precisamente, de las memorias colectivas. Porque es en ella donde podemos leer la “construcción retrospectiva de un pasado compartido” a través del tiempo y en sus topografías, las distintas historias, las diferentes políticas de estado y las políticas de los distintos “emprendedores de memoria” van tejiendo conjuntamente una trama compleja de sentidos que tiene lugar, muchas veces, en la ciudad, en el pueblo, en el lugar donde vivimos.

Marcas territoriales

Las marcas territoriales son las señales que se emplean como medios para distinguir y recordar, en este caso, a víctimas, hechos o lugares relacionados con la último dictadura militar argentina, que han sido realizadas por el Estado, organismos de DDHH, otras instituciones de la sociedad civil y/o particulares.

Estas se dividen en:

Locales y localizables: las placas, los murales, los monumentos, las baldosas, las esculturas, las nominaciones de bibliotecas, calles, salas e instituciones. Cuando hablamos de marcas locales y localizables nos referimos a aquellas que perdurarán en un mismo lugar a lo largo del tiempo. Y a su vez, esa delimitación -de tiempo y espacio- se traslada a las características que adquiere la señalización: están en un lugar determinado y específico para demarcar un acontecimiento, un hecho, la ausencia y el acto propio de recuerdo y conmemoración.

Dispersas y deslocalizadas / Performativas: son las prácticas activas de la memoria que existen por la participación de los ciudadanos. El recuerdo no se materializa mediante la consagración de memoriales sino que se realiza en las prácticas mismas de los actores sociales. Son aquellas prácticas que identificamos como intervenciones, performances o prácticas conocidas como los escraches, que surgieron de la mano de la agrupación HIJOS y de las rondas de la Madres de Plaza de Mayo. Más allá de lo endeble de estas señalizaciones, la marca que resulta más significativa no tiene que ver con el lugar del escrache o la performance sino con el propio acto. En el escrache, por ejemplo, es la propia acción para la cual se convoca cierto día que cobra relevancia, el llamado a la participación, a formar parte de un acto de reclamo de justicia y de “condena social”.

Sitios de memoria

Según la Ley Nacional 26.691, sancionada el 29 de junio de 2011, se declara Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado a los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal desarrollada durante el terrorismo de Estado ejercido en el país hasta el 10 de diciembre de 1983.  A su vez, el Poder Ejecutivo Nacional garantizará la preservación de todos los Sitios a los fines de facilitar las investigaciones judiciales y para la preservación de la memoria de lo acontecido durante el terrorismo de Estado en nuestro país.

Asimismo, según el documento realizado por el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur, titulado “Principios fundamentales para las políticas públicas sobre sitios de memoria” propone que la identificación, señalización y preservación de lugares donde se cometieron las graves violaciones a los derechos humanos y la creación de sitios de memoria, constituyen herramientas a disposición de los Estados a los efectos de cumplimentar sus obligaciones en términos de justicia, verdad, memoria y reparación. Ello toda vez que dichos espacios pueden aportar información valiosa para reconstruir la verdad de lo ocurrido en torno a esas violaciones y servir como material probatorio en los procesos judiciales en curso o los que puedan abrirse en el futuro en relación a esos hechos. Asimismo, los sitios de memoria son herramientas adecuadas para la construcción de memorias vinculadas con los crímenes de Estado cometidos en el pasado a la vez que para brindar reparación simbólica a las víctimas y ofrecer garantías de no repetición a la sociedad en su conjunto”.

Estas definiciones proponen a los sitios como espacios para la transmisión del pasado, como lugares para la reparación para las víctimas y familiares, y como material probatorio en los juicios. Espacios para la construcción y transmisión de la memoria vinculada con los crímenes del Estado en el pasado.

Sin embargo, hay lugares que se definen como sitios de memoria y que son parte del proceso de construcción de la memoria pero que no se encuadran dentro de lo expuesto en la Ley Nacional 26.691, o bien no se corresponden con la totalidad de la definición de “sitio de memoria”. Son sitios que de todas formas actúan como transmisores, propulsores y constructores de memoria.

Para más información sobre el Informe del Instituto sobre Políticas Públicas sobre Derechos Humanos del Mercosur: http://www.ippdh.mercosur.int/

El Espacio para la Memoria Social y Cultural Luciano Arruga, allí funcionó el destacamento policial de Lomas del Mirador donde fue visto por última vez Luciano Arruga. El destacamento fue cerrado por la lucha de los familiares y amigos de Luciano. El destacamento de Lomas del Mirador funcionaba como una dependencia de la comisaría 8va, que fue un centro clandestino de detención denominado “Sheraton” donde estuvieron detenidos Roberto Carri, Ana María Caruso, Héctor Oesterheld, Juan Marcelo Soler, Pablo Szir, entre otros. En el propio accionar de la policía en el presente emergió el pasado. Y esta emergencia no es casual sino que son las prácticas del horror que siguen estando presente en las instituciones, en los pensamientos, en el accionar de las personas y en la puja por el poder.

Hoy en el Espacio Luciano Arruga se dictan talleres gratuitos para niños y jóvenes del barrio  y se dan clases de apoyo escolar entre otras actividades, siempre con el objetivo claro de luchar y trabajar contra la violencia del Estado hacia los niños y jóvenes de los barrios más humildes.

Para más información, en facebook: Espacio Luciano Arruga.

 

Casa Mariani-Teruggi

En 1975 Diana Teruggi y Daniel Mariani se mudaron a la casa de la calle 30 n° 1134 entre 55 y 56. Este lugar sería no sólo el hogar de un matrimonio compuesto por un Licenciado en Economía y una estudiante de Letras, sino también una de las casas operativas que la organización política-armada Montoneros tuvo en La Plata.

El 24 de noviembre de 1976 la casa de Diana Teruggi y Daniel Mariani fue atacada por más de cien efectivos del Ejército y la Policía Bonaerense. El ataque a la casa duró más de tres horas, todas las personas adultas que estaban allí ese día fueron asesinadas: Diana Teruggi, Roberto Porfidio, Daniel Mendiburu Eliçabe, Juan Carlos Peiris y Alberto Bossio, Clara Anahí Mariani, hija del matrimonio. según testimonios fue llevada con vida y secuestrada ese día.

Durante tres horas los vecinos debieron permanecer en sus casas protegiéndose de la balacera. En las paredes y techos de la casa todavía hoy podemos ver el impacto de las balas y, a partir de ello, reconocer cómo se habían ubicado los asesinos que fueron ese día a realizar el ataque.

En el año 1996 se funda la Asociación Anahí, presidida por María Isabel Chorobik de Mariani (Chicha), madre de Daniel Mariani, y en 1998 se recupera la casa y comienza la apertura al público paulatinamente. Este mismo año fue declarada de Interés Municipal, también fue declarada Patrimonio de Cultural de la Provincia de Buenos Aires, por el Senado de la provincia en el año 2000, declarada de Interés Nacional por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación en el 2003, Monumento Histórico Nacional, por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos en el año 2004. 

 

Centro clandestino de detención

Los centros clandestinos de detención (CCD) son los lugares en los cuales fueron torturadas, detenidas y/o exterminadas personas por parte de las fuerzas del Estado durante la última dictadura militar.

Los centros clandestinos de detención fueron creados para no dejar huellas de las desapariciones, es así que el conocimiento de la existencia de los CCD sólo fue posible en un principio por el testimonio de los sobrevivientes, quienes comenzaron a realizar denuncias en el exterior y luego en las instancias judiciales que se fueron presentando en el país.

Ludmila da Silva Catela  explica que “Los lugares que fueron CCD se inscribieron en la ciudad de una manera particular. Unos ya existían como prisiones o comisarías; otros fueron creados especialmente para la represión clandestina. Sin embargo, todos funcionaron en ciudades o pueblos que siguieron, aunque sensiblemente modificado, con su ritmo cotidiano de trabajo, de educación, la vida burocrática y comercial. Por otro lado, los espacios de represión fueron creados o resignificados para cancelar luchas políticas, cercenar ideas culturales, perseguir a enemigos, sembrar una cultura del miedo.”(Sitios de memoria, experiencias y desafíos pag: 41)

Es por esto que se vuelve imprescindible la investigación y la determinación de cuáles fueron los CCD en nuestro país durante la última dictadura militar. Recuperar y preservar los sitios que fueron utilizados como CCD es contribuir al esclarecimiento del funcionamiento represivo, saber quiénes fueron sus responsables directos, saber qué pasó con cada secuestrado, dónde fueron las víctimas. Los espacio físicos son testigos directos del accionar del terrorismo de estado; las paredes, los objetos, el piso son prueba, sólo falta indagar sobre ellos y su entorno.

Puede verse el mapa donde se localizaron los CCD en el país, un relevamiento realizado por el Programa sistema federal de datos sobre ex CCD: Red Federal de sitios de memoria y mapa educativo nacional de la memoria. Coordinación general: Archivo Nacional de la Memoria:

Hasta el momento han sido señalizados los siguientes CCD:

  • Provincia de Buenos Aires:
    Ex CCD “El  Chalet” Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas, Morón; Ex CCD “La Cueva” Base aérea militar, Mar del Plata; Ex CCD Campo de Mayo, San Martín; Ex CCD “Pozo de Banfield” dependencia de la policía de la provincia de Buenos Aires, Banfield; Ex CCD “Monte Peloni” dependiente del Regimiento de Caballería de Tiradores Blindados N° 2, Ejército Argentino, Olavarría; Ex CCD Base Naval de Mar del Plata; Ex CCD “Destacamento de Arana” destacamento Policial de Arana dependiente de la Policía de la provincia de Bueno Aires, La Plata; Ex CCD “La Cacha” unidad penitenciaria N°8, La Plata; Ex CCD comisaría 1° de Tigre, Ex CCD comisaría 4° de Mar del Plata; Ex CCD comisaría 1° de Escobar; Ex CCD, Mansión Seré, Morón; Ex CCD “La Escuelita”, Bahía Blanca; Ex CCD “Quinta de los Mendez”, Tandil; Ex CCD Brigada de Investigaciones, dependencia del Primer Cuerpo del Ejército, San Nicolás de los Arroyos; Ex CCD “Tiro Federal Campana”, Campana; Ex CCD Comisaría 1° de Junín; Ex CCD comisaría 3° de Valentín Alsina, Fabrica Ford: lugar de secuestro de trabajadores, Tigre; La casa de Haroldo Conti, Tigre; Grupo de Artillería de defensa aérea, lugar de detención ilegal, Ciudadela.
  • Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
    Ex CCD Superintendencia de Seguridad Federal dependencia de la Policía Federal Argentina; Ex CCD “Olimpo” y Ex CCD “Garage Azopardo” dependencias de la Policía Federal, y la Unidad Penal N°2 de Villa Devoto dependiente del Servicio Penitenciario Federal.
  • Provincia de Chaco:
    Unidad Penal N°7, dependiente del Servicio Penitenciario Federal, Resistencia;
  • Provincia de Chubut:
    Aeropuerto viejo de Trelew, Base Aeronaval Almirante Zar, Trelew.
  • Provincia de Córdoba:
    Ex CCD “La Perla”, Escuadrón de Exploración de Caballería Paracaidista 4, dependiente del 3° Cuerpo del Ejército, Córdoba Capital; Ex CCDTyE “Campo de la Rivera”, Córdoba Capital.
  • Provincia de Entre Ríos:
    Ex CCD Escuadrón de Comunicaciones 2, Ejército Argentino, Paraná; Ex CCD Delegación Concepción del Uruguay de la Policía Federal,
  • Provincia de Jujuy:
    Señalización del Departamento de Ledesma; Señalización en el acceso al Polo Industrial Ledesma; Comisaría 41 de Calilegua; lugar transitorio de detención ilegal; Comsiaría 24 de Ledesma, lugar transitorio de detención ilegal; Gendermería Nacional Ledesma, lugar transitorio de detención ilegal.
  • Provincia de La Rioja:
    Ex CCD Base Aérea Militar de Chamical.
  • Provincia de Misiones:
    Ex CCD “La casita de Mártires, Posadas; Ex CCD Delegación Posadas de la Policía Federal.
  • Provincia de Salta:
    Penal de Villa La Rosa, lugar de detención ilegal, Salta Capital; Delegación Salta de la Policía Federal.
  • Provincia de Santa Cruz:
    Estancia Anita: Cenotafio monumento a los huelguistas del ’21, El Calafate.
  • Provincia de Santa Fe:
    Campo Militar San Pedro, Laguna Paiva.
  • Provincia de Santiago del Estero:
    Ex CCD Batallón de Ingenieros de Combate 141, dependiente del Ejército Argentino, Santiago del Estero.
  • Provincia de Tucumán:
    Ex CCD Batallón de Arsenales 5, dependiente del Ejército Argentino, San Miguel de Tucumán; Ex CCD “La Jefatura”, Jefatura central de la Policía de Tucumán, San Miguel de Tucumán; Ex CCD “La Escuelita”, Famaillá.

Para más información sobre los CCD marcados por la Red Federal de Sitios:
http://www.derhuman.jus.gov.ar/anm/sitios_memoria.html