CATÁLOGO DEL MAM

Año 2008

El sostén vivo y activo de la memoria histórica fue el compromiso de las muestras de este año. Cada una de ellas da testimonio de la violencia que desencadenó la dictadura militar: separación de familias, destrucción de instituciones sociales, exilios internos y externos. Huellas de impunidad y violencia que repercuten hasta nuestros días.

En 2008 se acercó al museo el fotógrafo Gerardo Dell ‘Oro con un libro de fotografías en el que relata en texto e imágenes la historia de su familia. Este hecho nos condujo a tomar parte del material y a ampliar las imágenes para que, junto a los textos, poemas y frases editados, pudieran ser expuestas en las salas del Museo. La historia es sumamente conmovedora: el relato comienza con las fotos familiares que tomara el padre de Gerardo, también fotógrafo, con su primera hija Patricia.

Patricia fue la mayor de una familia de cuatro hermanos. Gerardo es el menor de ellos. Patricia fue desaparecida en 1976 por la dictadura militar junto a su marido Ambrosio de Marco, dejando a una niña muy pequeña, Mariana, al cuidado de sus padres. Forman parte de este álbum de familia fotos y cartas de Patricia, la escuela, sus amigas, su novio, el casamiento y finalmente el nacimiento de su hijita.

La desaparición de Patricia marcó un hueco en esas fotos familiares a partir de 1976. Desde entonces, las fotos son retratos que hace Gerardo a la familia, a su sobrina y a Jorge Julio López, quien compartiera cautiverio con su hermana Patricia en 1976. De la muestra forma parte el testimonio de López en el juicio a Miguel Etchecolatz y el relato de Alfonso Dell’Orto, padre de Gerardo, contando un encuentro en el que López le diera detalles de cómo vio a Patricia estando juntos en cautiverio. De hecho, la última foto de la muestra es una que Gerardo le tomó a Jorge Julio López antes que desapareciera en septiembre de 2006, luego de haber dado testimonio en el juicio.

A la muestra fotográfica de Gerardo Dell‘Oro le siguió Papeles del destierro, de Remo Bianchedi. Una muestra de dibujos y grabados realizados en tiempos de exilio, entre los años 1977 y 1983, cuando estudiaba en Alemania. La obra expuesta en nuestras salas da cuenta de este período y representa las violencias y soledades de quien es expulsado de su tierra, tematizando en imágenes, el poder, la violencia y la muerte.

A esta exhibición siguió la afamada obra que León Ferrari creó para ilustrar los fascículos de la reedición a color hecha por el periódico Página/12 del libro Nunca más. Se trata de una serie de collages elaborados a partir de fotografías, recortes periodísticos, titulares de diarios, textos, pinturas y grabados de artistas del pasado que sirvieron para exponer la  brutalidad de los crímenes cometidos por la dictadura y sus complicidades.

Los collages de Ferrari recurren a la técnica del montaje, arquitectura de partes que entronizaron de manera irreverente los dadaístas en la historia del arte moderno. En esta serie, donada por el artista al MAM, Ferrari nos acerca los sucesos contados en el informe de la CONADEP, donde se exponen las experiencias sufridas durante el genocidio ordenado por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y las oscuras conexiones entre la represión religiosa y la política.

León Ferrari, como tantos otros artistas que expusieron en el museo de Arte y Memoria, conoció el exilio y fue, por la claridad y convicción de sus ideas, una de las figuras que formó parte de la generación que en los años 60 cruzó arte y política, participando de las míticas muestras Tucumán arde y Homenaje al Che.

Para el aniversario de la masacre de Trelew (22 de agosto de 1972) se inauguró en el MAM la muestra Para la libertad. Cárcel y política 1955–1973, un conjunto que combina documentos, pinturas, fotografías y testimonios de un período signado por la violencia política en Argentina. La exhibición fue pensada en torno a la figura del preso político en diferentes momentos de nuestra historia. Para su creación se abordó la legislación de excepción que el Estado fue produciendo para reprimir la actividad política, la experiencia carcelaria de los militantes y las estrategias de solidaridad con esta nueva figura social: el preso político. La materia de estas memorias estuvo hecha de fotos tomadas por Alicia Sanguinetti en la cárcel de Devoto el 25 de mayo de 1973, las pintadas callejeras después de la masacre de Trelew, los recortes periodísticos, las cartas de Alberto Camps a su padre, los poemas de amor de Rosa María Pargas a Camps, los libros, los documentos de la DIPBA, los papeles que guardó la madre de Jorge Rulli, los cuadros de Germán Gargano y la letra dura de la ley.

Durante el año 2008 se profundizó el objetivo original del MAM de presentar exhibiciones que permitieran elaborar un relato sobre el terrorismo de Estado, sus metodologías y sus víctimas, señalando las secuelas que aún perduran en la sociedad.

La prioridad siempre fue construir una historia dinámica, sujeta a variaciones, críticas y cambios, así como abierta a nuevas informaciones, transformaciones y reescrituras. En esta línea es que se plantea que es la coyuntura histórica y el presente mismo lo que demanda qué mostrar en el Museo. De ahí, el interés del MAM por presentar problemáticas que afectan los derechos humanos hoy.

En este marco, se exhibió en 2008 85 ausencias. AMIA de Marga Steinwasser, una instalación de objetos en referencia directa al atentado a la AMIA de 1994 y en memoria de sus víctimas. Un conjunto de elementos cotidianos suspendidos en el espacio, detenidos en el tiempo, que sustituyen las ausencias y reclaman por memoria, verdad y justicia.

En este ejercicio de resistencia permanente contra el olvido, el Museo cerró el año con la muestra colectiva Carlos Fuentealba, expresiones de lucha y justicia, una exhibición fotográfica y documental que instala un mensaje de lucha contra la impunidad, la represión y la indignidad de las condiciones laborales docentes. Fuentealba, docente y activista gremial de Neuquén, fue asesinado por la policía en un corte de ruta, en abril de 2007.