CATÁLOGO DEL MAM

Año 2010

Transformar lo inefable en un acto de memoria, de vida y de compromiso es el eje que aborda, desde diferentes perspectivas, la diversidad de muestras presentadas este año en el MAM.
La apropiación de la calle como espacio de acción, la relación entre la ética y la política, la poesía como vehículo, las contradicciones en los movimientos políticos, la belleza del dolor de la soledad, todas se presentan como búsquedas de expresión de lo inexpresable, como manifestación de la posibilidad frente a la parálisis de lo inenarrable.

A comienzos del año 2010, se realizó en el Museo una muestra junto al Centro Experimental Vigo, 16 colectivos de arte convocados y 11 participantes. Calle tomada comenzó con el relevamiento de los colectivos locales que producen, intervienen y disputan el espacio público. Se tomó como disparador un viejo texto de Edgardo A. Vigo que define la calle como un nuevo espacio de acción, y se invitó a construir una muestra en conjunto. Una presentación de quienes actúan en la calle y no una representación de lo hecho.

La muestra se pensó como un proceso colectivo a través de encuentros periódicos en los que se definieran los ejes. Y en esa permanente discusión y reflexión la idea original fue mutando. Se modificó el recorte inicial, se abrió el debate a otros grupos, se discutieron modalidades y propuestas, fechas y motivaciones, generando un espacio de encuentro y debate. Teniendo la calle como núcleo, la heterogeneidad y la divergencia enriquecieron las discusiones. Luego de largas sesiones entre los participantes se instalaron las obras, todas ellas interactivas. En paralelo a la exposición, se hicieron charlas y actividades en las calles y veredas de la zona del MAM.

Los colectivos que participaron en la muestra fueron: Ala Plástica, Luli, Arde Minga, A.D.D.H.E.S (Autoconvocados en Defensa de los Derechos Humanos de los Enfermos de Sida), Unidad Muralistas Hermanos Tello, Taller de Artes Combinadas y Procedimientos Transdisciplinares de la Facultad de Bellas Artes, Grupo la Olla, Surcos, Praxis, Grupo La Grieta, Asamblea Justicia por Sandra y el Centro de Arte Experimental Vigo.

Estos colectivos definieron a la muestra no como la mirada institucional ni teórica sobre estos grupos y sus producciones, sino como la voz de cada colectivo que habla. “No buscamos estetizar el arte público o el activismo artístico, sino que intervenimos en un nuevo espacio”.

La muestra que le siguió se inscribe entre las propuestas del Museo que apelan a la mirada singular de determinados artistas, en este caso, de Armando Sapia, un dibujante de oficio poseedor de un universo visual en el que la línea es la protagonista. La muestra El mundo de Armando Sapia consiste en una selección de dibujos, grabados y tintas de pequeño formato cargados de humor e ironía, compuesta por multitudes de personajes tragicómicos y seres zoomorfos que en estado de caos señalan lo más execrable de la condición humana.

Posteriormente, se presentó en el MAM Afiches políticos, de Juan Carlos Romero, una muestra elaborada a partir de un archivo gráfico y personal que el artista inauguró con un ejemplar de afiche que llegó a sus manos en las elecciones de 1945 y que, con el transcurrir del tiempo, avanzado los años 70, se transformó en una interesante compilación de afiches sindicales, de partidos políticos y agrupaciones estudiantiles. Una colección significativa que reconstruye buena parte de la historia argentina y traza la historia política del país en un arco que va del primer peronismo a 1973.

Profundizando un poco más en la década del ‘70 y con la intención de reflejar el tono de una época signada por el compromiso militante, se presentó posteriormente La palabra jugada, de Roberto Santoro, una muestra que expone la vida y obra del poeta desaparecido. Un recorrido visual que conjuga su obra poética con sus preocupaciones y convicciones políticas. Un Santoro poeta, editor, letrista de tango, amante del fútbol y el trabajo colectivo. Revolucionario, sofisticado y popular, para quien la poesía era una herramienta para cambiar el mundo pero también un fin en sí misma. Una exposición que ahondaba en su figura y sintetizaba el espíritu de toda una generación.

Avanzado el año 2010, el Museo presentó la muestra Los monumentos, de Santiago Porter, compuesta por fotografías de edificios y referentes (el Ministerio de Economía, la ESMA y lo que hubiera sido la Universidad de Tucumán, entre otros) unidos no por un hilo secuencial ni cronológico sino bajo el relato de una historia individual que reconstruye un pasado en común. En la apariencia y el estado de las cosas se develan las decisiones éticas y políticas que le otorgan su valor: algunas puertas brillan, algunas estructuras se mantienen intactas y algunos edificios se enmohecen con el tiempo.

Escribió Ana Schwartzman sobre esta muestra: “Este conjunto de fotografías presenta historias fragmentadas de un continuo terror ineludible. Nos enfrenta a un presente signado por restos de la violencia que hoy se hace eco en la intención de olvidarla. Y aquí es donde estas fotografías asumen su cometido: mostrar que aquello que ya no vemos sigue presente al aparecérsenos como un ausente. Y aquí es donde nosotros debemos asumir nuestro mayor compromiso: el transformar lo inefable en un acto de memoria que convierta el pasado ruinoso en un presente en continua construcción”.

Posteriormente, en el mismo año, el escultor Ricardo Longhini y el pintor Daniel Santoro expusieron en el Museo sus obras, dando lugar a un debate sobre los distintos abordajes y contradicciones de las problemáticas políticas, sociales, económicas y culturales que habitan dentro del peronismo.

Santoro aborda en sus pinturas la doctrina peronista, el primer y segundo gobierno de Perón, con sus planes sociales y sus mitos -Evita, el descamisado, el plan Quinquenal. Longhini, desde un estilo más metafórico y poético, desnuda el peronismo del neoliberalismo del siglo XXI.

Esta contraposición de las dos políticas peronistas representa la tensión que se crea entre las pinturas y las esculturas y que dio nombre a la muestra: El oro y el barro.

Para cerrar el año 2010, el Museo presentó la muestra América, de Sebastián Szyd, un recorrido en imágenes del norte argentino, boliviano, chileno. A los 19 años, Sebastián Szyd comenzó un viaje por Latinoamérica, cámara en mano, con un plan preciso: fotografiar los pueblos de los Andes. De esa experiencia, nacieron -además de éste- los ensayos De la tierraLas Flores Las Piedras, entre otros.

Las personas aparecen fundidas con el paisaje del altiplano, con las nubes, los fuegos. La sutileza y la profundidad de las imágenes fotográficas crearon en el Museo un espacio muy especial de soledad y de trascendencia.

Dijo la fotógrafa Sara Facio sobre uno de los libros de esa serie: “Las fotos de Sebastián Szyd son de una belleza que lastima. De una belleza que duele. En estas fotos nada es obvio. Nada es descriptivo. Nada es documental. Y todo es reflejo de la realidad más cruda, más testimonial”.

“Algunas de esas fotografías que aparentan ser más simples obligan a una relectura o doble lectura, ya que su apariencia de imágenes simples o menos complejas provoca el desamparo de nuestra inteligencia -escribe Héctor Tizón-. Algunas de estas fotografías nos recuerdan lo obvio: la posibilidad de descubrir lo arcaico debajo de lo que parece ser una síntesis de lo nuevo, o convertir lo aparente en enigma. Estas fotografías nos indican que el instante es la única realidad del tiempo. Porque las obras de arte sólo serían sombras proyectadas por la luz del fuego de la hoguera en la caverna. Y que la fugacidad es el símbolo irremediable de la vida”.

Siempre atentos a compartir problemáticas que habiliten el debate y la reflexión, se presentó en el Museo El otro lado, una muestra de textos y documentos fotográficos sobre la inmigración ilegal en la frontera México-Estados Unidos, resultado de un trabajo realizado en el año 2010 por alumnos de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y del College William & Mary (Williamsburg-Estados Unidos) con quien la CPM tiene un convenio de articulación académica, pasantías e intercambio de alumnos. La muestra -con fotos de Malena Gonzalez y textos colectivos- habilita desde una perspectiva crítica a repensar el tema de los migrantes en nuestros territorios latinoamericanos. Sus formas de vida, sus carencias y derechos vulnerados.