
Después que ustedes se marcharon, a la gente le dio por ciertas grandezas. Del almacén mudaron a la escuela. Allí tramaban con el maestro toda clase de locos proyectos. Hasta armaron un tablado, con cortinas y luces y simulacros de papel. Mascaró, el cazador americano.
En 1975, Conti fue galardonado con el Premio Casa de las Américas por su novela Mascaró, el cazador americano. “El presente libro presenta un elevado nivel técnico y literario, donde el menciona autor luce una imaginación compleja y sumamente simbólica”, dice el informe de inteligencia en donde la SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE) analiza minuciosamente la obra.
“La novela consiste en las aventuras de un grupo de ‘locos’ que adquieren un circo (llamado ‘del Arca’) y viajan por distintos pueblos (todos en estado de miseria y despoblación, donde aparece el ‘edificio’ de la Iglesia pero nunca ningún sacerdote), y van ‘despertando’ en los pueblos que visitan el espíritu de una ‘nueva vida’ o bien podría interpretarse una ‘vida revolucionaria’”, resume el informe.
Durante la dictadura militar, fueron prohibidas cientos de obras literarias. La Asesoría literaria del Departamento de coordinación de antecedentes de la SIDE era el órgano encargado de analizar y determinar qué libros se podían publicar y cuáles debían ser prohibidos o retirados de circulación por su contenido ideológico y político.
A través del Legajo N° 2516 L, la SIDE recomienda la censura de Mascaró por considerar que “la simbología utilizada y la concepción de la novela demuestra su ideología marxista”.
En el marco de la comunidad informativa, la SIDE compartía con las demás agencias de inteligencia sus informes de antecedentes. En el archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), que la Comisión Provincial por la Memoria gestiona desde el 2001, se encuentran varios de esos informes.
Selva Almada Villa Elisa, provincia de Entre Ríos. Sus textos han sido traducidos al francés, el portugués y el italiano. Sus obras El viento que arrasa, Ladrilleros y No es un río, conforman una «trilogía de varones» como ella la denomina. Además, fue finalista del Premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón por Chicas muertas, su crónica de no-ficción donde visibilizó tres femicidios ocurridos en tres provincias argentinas en los años 80.