El encuentro
Después de un año de trabajo los equipos se reúnen en Chapadmalal para mostrar sus producciones finales, intercambiar experiencias, conocerse, reflexionar, divertirse y seguir creando. Durante los días del encuentro, los jóvenes toman la palabra para narrar las historias no contadas de sus comunidades: historias ocultas, silenciadas por el miedo y la complicidad. Y en su esfuerzo por conocer más sobre el lugar en el que viven y pensarse a si mismos, emergen otras preocupaciones: la exclusión social, la militancia política y el compromiso social, las transformaciones económicas y sus consecuencias sobre el mundo del trabajo. Los jóvenes hacen memoria, desafían el presente e imaginan otro futuro.
Chapadmalal es un momento particular, distinto. Durante esos días predomina un clima de entusiasmo, nerviosismo y adrenalina que no escapa a ninguno de los que transitan por allí. El esfuerzo propio y ajeno es valorado por todos, en las presentaciones los aplausos se suceden para dar aliento y sentirse acompañado. Chapadmalal es un lugar especial. Es posible la reflexión y el intercambio de experiencias y puntos de vista; también el entretenimiento, el encuentro con otros, y la oportunidad de hacer amigos.
“No podés dejar de venir. No podemos dejar de llevarnos Chapa a nuestros barrios y a nuestras escuelas. No podemos dejar de compartir. No podemos dejar de abrir la cabeza a nuevas historias, experiencias, dramas y desafíos.
¡Que Chapa se quede en todos nosotros, llevemos la mística de Chapa a todas partes!”
Fragmento Manifiesto 2013 – Tanda 3
Paralelamente a la presentación de los trabajos se realizaran talleres de intercambio en el que los jóvenes vuelven a pensar la experiencia de todo el año generando discusiones y reflexiones propias sobre los temas que los movilizan y los preocupan. Por otro lado, con la consigna de contar el encuentro y dejar un registro de lo sucedido, los participantes realizan además talleres de producción y expresión que se organizan a partir de diferentes soportes: vídeo, periodismo, música, fotografía, teatro, mural, stencil, expresión corporal y circo. El objetivo es plasmar en un producto creativo sus vivencias, preocupaciones, debates, y que a partir de eso puedan poner en común sus perspectivas y proyectos. Al cierre de cada tanda se expone lo producido en cada uno de estos espacios generando un momento divertido de intercambio de expresiones, sensaciones y sonidos que resumen la vivencia de todos los participantes durante esos días.
Año a año los jóvenes se encuentran y toman la palabra para narrar las historias no contadas de sus comunidades. La posibilidad de reunirse potencia el trabajo y el compromiso con el que cada grupo lleva adelante la tarea de indagar sobre las memorias locales.
“Chapa”, como denominamos al encuentro, lejos de sólo ser el cierre anual del programa Jóvenes y Memoria, se convierte en un punto de partida para que los jóvenes se piensen a ellos mismos, su presente y cuenten sus historias.