En Chapa hay un muro que se va completando con sueños y deseos que les jóvenes escriben y comparten. Esos deseos sueltos, individuales, construyen un nosotres, una identidad de les que estamos en Chapa, de les que hacemos desde lugares diferentes pero con objetivos comunes. Un nosotres que intuimos que existía, pero que se consolida y se confirma al leernos.
Hay deseos que se enuncian como individuales pero están inscriptos en un marco social: poder estudiar en la universidad o conseguir trabajo son algunos de ellos y que nos acercan a las incertidumbres que experimentan grandes sectores de nuestra sociedad.
En otros es explícito el deseo de transformación social: «deseo la paz en el mundo y la igualdad», «Sueño con un futuro mejor y que los problemas no se resuelvan con violencia», «Un país en el cual no haya tantos estereotipos y pensemos más en el otro», «Una patria libre. Una América latina justa, libre y soberana»
En este muro también se hace visible el sueño de una sociedad libre del patriarcado y sus consecuencias: femicidios, desigualdad laboral, violencia, la clandestinidad del aborto o los miedos de vivir la propia identidad de género:
«Mi gran sueño es poder ser lo que quiero ser. Me encantaría ser una niña en vez de un niño. Sé que este sueño no es imposible.»
Todos estos sueños son la evidencia de la desigualdad y la violencia. Estos sueños son también acción.
«Sueño un mundo donde la mujer deje de ser cosificada, acosada, humillada, violada. Vamos a luchar con uñas y dientes por eso. Ni una menos!».
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#estoeschapa