Memorias colectivas: 40 años de organización y lucha
Una vez descubiertas las vías de transmisión del VIH, desde los discursos reaccionarios, el sida devino una de esas enfermedades que culpabilizan a lxs enfermxs.
La opinión pública estigmatizó a las personas con la enfermedad a la que se llamó: peste rosa, cáncer gay, enfermedad de las cuatro H (homosexuales, heroinómanos, hemofílicos y haitianos -delirio que atribuyó el origen de la pandemia al turismo gay que los homosexuales hacían por Haití).
Frente a la estigmatización, la fuerte presencia de activistas organizadxs en grupos y redes de injerencia pública conformaron un paisaje que tensionó los estigmas de la enfermedad al presionar por derechos y mejoras en la calidad de vida. Emergió entonces un activismo centrado en el derecho a la salud para personas seropositivas y la necesidad de informar sin prejuicios sobre la realidad de la experiencia sexual, la importancia de la prevención y la falsedad de los mitos que se habían formado en torno a la comunidad seropositiva.