El sistema de la crueldad XVII

Políticas de niñez

Sistema de la crueldad XVII

Políticas de niñez

SOBRE ESTA SECCIÓN

Niñez

En diciembre de 2022 había 3.922 niños, niñas y jóvenes (NNyJ) institucionalizados y durante todo el año, fueron abordados por el Sistema de Promoción y Protección de Derechos 68.020. Lo que demuestra que las institucionalizaciones son relativamente bajas comparadas con el total de intervenciones.

Otra información que da cuenta de la vulneración de derechos es que más de la mitad de los emplazamientos de las instituciones donde se efectivizan las medidas excepcionales de cuidado se encuentran alejados del centro de vida de NNyJ: el 55% (2.149) de las institucionalizaciones se concretan en municipios diferentes a los de residencia.

En los egresos efectivizados durante el 2022 vemos que se sostiene la tendencia de años anteriores y prevalecen tres categorías. La mayoría de los egresos se producen porque el SPPD entiende que las intervenciones derivaron en la restitución de derechos (34,2%); el 28,9% es por “abandonos unilaterales de medida” y los egresos por “guarda preadoptiva” acumulan el 24,9% de los casos.

El equipo del programa de Niñez de la CPM relevó malos tratos por parte de operadores de las instituciones, por lo que aquellos NNyJ que sufrieron violencia en su grupo familiar fueron nuevamente victimizados por el SPPD, que debe velar por su cuidado. Durante el año 2022 se abordaron 170 situaciones, muchas de las cuales involucran a grupos de hermanos y hermanas. Y se monitorearon 15 dispositivos convivenciales, en algunos casos concurriendo en más de tres oportunidades.

El monitoreo dio cuenta de los problemas estructurales de las políticas de niñez en la provincia de Buenos Aires, falta de un proyecto que respete y garantice derechos de NNyJ, junto a la ausencia total de control judicial por parte de los magistrados que dispusieron las medidas de protección de derechos y de las asesorías de incapaces intervinientes o representantes tutelares. La gran mayoría de los juzgados de Familia no concurre a los dispositivos convivenciales: no conocen los lugares donde están niños o niñas alojados por medidas de protección que ordenaron.

Sistema de responsabilidad penal juvenil

Desde 2006 la CPM denuncia que el sistema penal juvenil presenta cada vez más vasos comunicantes con el sistema penal de adultos a partir de la reproducción de patrones propios de la penalidad de tipo más duro. A los jóvenes que se atribuyen ciertas características ligadas a la peligrosidad son seleccionados, imputados de uno o varios delitos y privados de libertad en el marco de medidas cautelares. Las medidas impuestas a NNyJ responden a los fundamentos de la justicia retributiva: el sufrimiento se impone como castigo para compensar a las víctimas.

Entre 2017 y 2021 aumentó la proporción de jóvenes detenidos/as en el ámbito del SPB, representando el 34% del total de la población (1.498); sin embargo el OPNyA sigue siendo la institución con mayor cantidad de jóvenes detenidos/as (42%). En la justicia juvenil continúa marcando tendencia el uso permanente del juicio abreviado por sobre los juicios orales. Entre 2020 y 2021, el 92% de los casos se resolvió por esta vía.

La privación de libertad en instituciones de régimen cerrado es la medida judicial que se ordena para el 83% de los ingresos. En diciembre de 2022 había alojados 490 jóvenes privados de la libertad en regímenes cerrados y 99 con la libertad restringida en regímenes de semi-libertad.

Del total de ingresos durante el 2020, el 82% (669) de jóvenes tenía entre 16 y 17 años. Además ingresaron 109 niños/as no punibles, el 13% del total de ingresos. A lo largo del año, 81 niños o niñas menores de 16 años permanecieron hasta 30 días encerrados/as, privados/as de libertad o con su libertad restringida en establecimientos penales del OPNyA.

Por otra parte, 41 jóvenes fueron derivados durante el año al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y 40 jóvenes a instituciones de salud mental.

Durante 2022 se realizaron 53 inspecciones de monitoreo general y seguimiento de situaciones individuales y colectivas en establecimientos penales. Las violaciones de derechos humanos que se relevaron fueron: requisas corporales vejatorias y humillantes, golpes, aislamiento, insultos, amenazas y traslados compulsivos. Se suman la ausencia de talleres de formación y de certificación para el desempeño laboral que contemplen los intereses de jóvenes, la obstaculización de los vínculos familiares y sexo-afectivos, y la implementación desigual del protocolo para el uso de teléfonos celulares y/u otros dispositivos tecnológicos y deficiente conectividad a internet, saldada por las familias de jóvenes.

Cada vez más se instala la idea entre los funcionarios del sistema de RPJ y del OPNyA de que es necesario garantizar la seguridad en términos de control y penalidad y no de cuidado y acompañamiento. Esta lógica securitaria se traduce además en un régimen convivencial basado en el control por encima del acceso a cualquier derecho, es decir signado por la perspectiva securitaria.

En los centros penales del OPNyA se aplica el aislamiento como régimen cotidiano: los jóvenes permanecen entre 18 y hasta 36 horas encerrados. En los centros se aísla para evitar conflictos, para sancionar jóvenes cuando un conflicto ocurrió, para adaptar a quienes ingresan, para resguardar jóvenes que han tenido tentativas de suicidio o autolesiones. No existe otra forma de gestionar estas situaciones que no sea el recorte de derechos a partir del aislamiento, que facilita la vigilancia con menos recursos y menos trabajo.

El aislamiento y la restricción de derechos son hechos de tortura graves que no deben aplicarse en ninguna circunstancia. Sin embargo, son la principal medida de sanción en los centros penales juveniles, entre un día y 15 días de aislamiento. Detectamos este tipo de práctica cotidiana en 9 de los centros inspeccionados.

Salud mental

En ambos sistemas (SPPD y SRPJ) observamos que los NNyJ presentan cuadros de gran angustia que muchas veces se manifiestan en autolesiones, intentos de suicidio y, en el caso más extremo, suicidios consumados.

Entre enero y diciembre del 2022 en el sistema de responsabilidad penal juvenil hubo 62 activaciones del protocolo de suicidio, que en 15 casos correspondieron a autolesiones y/o intentos de suicidio. Como se viene mencionando, en los dispositivos de encierro pertenecientes al sistema de responsabilidad penal juvenil, las autolesiones y suicidios son un problema que acontece con regularidad. En el monitoreo se observa que, pese a contar con un protocolo específico para abordar dichas situaciones y con equipos técnicos capacitados para detectar y activar indicadores de riesgo, no hay diagnóstico y dimensión de los padecimientos de salud mental de los/as jóvenes.

En el caso de los dispositivos convivenciales del SPPD no contamos con esta información. Sin embargo, a partir del monitoreo se relevó una ausencia de previsión y prevención reflejada en la inexistencia de pautas y protocolos de actuación para abordar situaciones de angustia y crisis subjetivas, además de desconocer las herramientas ya existentes, como el protocolo de prevención del suicidio adolescente. Los relatos de NNyJ coinciden en señalar que, más que brindarles contención, las respuestas institucionales apuntan a controlar y castigar las manifestaciones de angustia. Mientras que, al momento de articular con instituciones de salud, se encuentran con la dificultad de que no hay profesionales idóneos para trabajar con NNyJ o que los turnos se demoran mucho.

Muertes en el encierro

En el año 2022 se produjo el fallecimiento de dos jóvenes: Alex Fleitas y Ezequiel Romano.

Alex se encontraba detenido en el centro de recepción Malvinas Argentinas (CRMA) y murió por asfixia, luego de agonizar durante meses, debido al humo que inhaló durante un incendio en su celda, durante el cual los operadores del centro no le brindaron asistencia a tiempo de manera deliberada. En diciembre del 2022 se produjo el deceso de Ezequiel Romano, un niño alojado en el Hogar San Patricio, por haberse broncoaspirado en el desayuno que compartía con el resto de los/as niños/as del hogar. Si bien recibió atención médica en el hospital, no lograron salvarle la vida.