El fin de semana pasado, más de 140 referentes, trabajadores y trabajadoras de unos 40 sitios de memoria de Argentina y otros 15 de Chile participaron del Encuentro trasandino de sitios del cono sur, organizado por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y Unidad de Memoria y Derechos Humanos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile. Durante dos días las y los participantes compartieron experiencias de gestión, sus  desafíos y  límites. Una vez más, ante la falta de políticas públicas integrales para los sitios de memoria de Argentina, se destaca el rol de los organismos de derechos humanos y organizaciones sociales como sostén del trabajo que día a día se realiza para recuperar y resignificar estos lugares.

Argentina y Chile atravesaron procesos dictatoriales marcados por graves violaciones a los derechos humanos; en uno y otro país, los centros clandestinos de detención fueron una modalidad más de esa violencia represiva. Desde el retorno de la democracia, fueron las agrupaciones de la sociedad civil quienes iniciaron los procesos de recuperación y apertura de estos lugares. A pesar de esa labor histórica, política y social, después de décadas de democracia, más allá de las diferencias, en Argentina y  Chile los estados aún adeudan políticas públicas integrales para los sitios de memoria que garanticen su preservación y pleno funcionamiento.

El camino hacia la institucionalización de estos espacios, tiene en esos mismos organismos de derechos humanos y organizaciones sociales una valiosa experiencia de gestión que debe ser reconocida por los Estados nacionales. El fin de semana pasado, más de 140 referentes, trabajadores y trabajadoras de sitios de memoria de Argentina y Chile se reunieron para intercambiar esas experiencias de gestión y pensar estrategias y herramientas para la consolidación de estos espacios.

En total participaron unos 40 espacios de memoria de Argentina de 15 localidades de Buenos Aires, y de otras ocho provincias: Córdoba, Misiones, Santa Fe, Mendoza, Chaco, Chubut, Tucumán, Río Negro y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mientras que por Chile participaron espacios de memoria de 15 de las 16 regiones del país.

“En Argentina no hubo una política pública integral para los sitios, hoy la mayoría de los pocos que existen no cuentan con recursos públicos. En esa dificultad, fueron los militantes, los trabajadores los que pudieron y siguen sosteniendo estos espacios”, señaló el secretario de la CPM Roberto Cipriano García durante la apertura del encuentro.

La mesa de presentación estuvo integrada además por la directora general Sandra Raggio, la encargada de la Unidad de Memoria y Derechos Humanos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile Francia Jamett Pizarro, y el Secretario de derechos humanos de Buenos Aires Santiago Cantón. Las integrantes de la CPM Ana Barletta y Susana Méndez acompañaron la apertura y participaron de las distintas instancias de trabajo.

“En Chile tampoco existe una política pública en sitios; la recuperación de estos espacios se fue realizando por la insistencia de los organismos de derechos humanos, de los sobrevivientes pero no como una política de reparación del Estado”, dijo Francia Jamett.

En Chile hay cerca de 1.150 sitios reconocidos, sólo unos 40 son gestionados y tan sólo 4 ó 5 tienen financiamiento público. Las y los participantes chilenos de encuentro hablan de una “transición lenta” y que recién ahora está en discusión un proyecto de ley que reconoce a los sitios de memoria como categoría jurídica. Ante ese vacío normativo, lo que hicieron los organismos de derechos humanos, como estrategia para la preservación de estos espacios, fue presentar expedientes para declararlos como monumentos  históricos.

Jamett Pizarro también señala que la creación de la Unidad de memoria y derechos humanos dentro del Ministerio en 2015 fue posible por la insistencia de las organizaciones de las víctimas y los organismos de derechos humanos. Desde entonces, se vienen articulando distintas líneas de trabajo para la realización, principalmente, de visitas con estudiantes y material de difusión: “Para nosotros es el principio de la participación de las organizaciones en los órganos del Estado”.

“Desde el Estado tenemos que avanzar en políticas de memoria, que no se puede instalar, sino que deben ser creadas de manera conjunta con las organizaciones de la sociedad civil. Hasta ahora es más bien poco lo que el Estado hizo”, reconoció el Secretario de derechos humanos de la provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón, y agregó un dato: sólo en Buenos Aires, quedan aún unos 140 ex centros clandestinos de detención sin señalizar. “Estamos en una región atravesada por dictaduras violentas; en ese contexto histórico, la memoria es fundamental para la construcción democrática. Más aún cuando, a nivel mundial, asistimos a un retroceso en materia de derechos humanos, donde los valores de la declaración universal de 1948 se están perdiendo”.

Habitar los sitios: pedagogía y acción

“Sabemos que los procesos de institucionalización de las políticas públicas en memoria se hicieron por la voluntad y el deseo de las organizaciones, desde abajo hacia arriba. Y necesitamos encontrarnos para pensar qué fuimos haciendo, para reponer las dimensiones políticas, narrativas y pedagógicas de los sitios”, señaló la directora general de la CPM Sandra Raggio al momento de abrir las distintas instancias de trabajo e intercambio.

“La recuperación de estos espacios fue primero un acto de reparación para las víctimas y ese reconocimiento permitió comenzar a resignificar los sentidos en torno a estos lugares. Sin la legitimación de las víctimas, subvertir los sentidos de estos espacios hubiera sido imposible, pero creemos que también es imposible subvertir el sentido sin las nuevas generaciones: los y las jóvenes deben habitar los sitios para que la transmisión de la memoria suceda”, agregó.

Durante la primera jornada de trabajo, los y las participantes del encuentro recorrieron la muestra museográfica de la CPM y el archivo de la DIPPBA. Luego se realizaron dos talleres de reflexión e intercambio sobre experiencia de gestión y propuestas pedagógicas de los sitios.

En esos espacios de intercambio, se presentó la experiencia de Jóvenes y Memoria, el programa de la CPM que, desde hace 18 años, convoca a jóvenes y educadores de toda la provincia de Buenos Aires a formar equipos de trabajo para investiguen la realidad de sus comunidades desde una perspectiva de derechos humanos.

Durante la segunda jornada, los participantes del encuentro transadino recorrieron los ex CCD Pozo de Quilmes, Destacamento de Arana, Comisaría 5ª y ex BIM III, y la Casa Mariani Teruggi. Una recorrida que permitió pensar algunos conceptos sobre la recuperación de estos lugares: las huellas del horror, las narrativas y la resignificación de los espacios.

Luego de la visita a estos espacios de memoria, referentes, trabajadores y trabajadoras se volvieron a reunir en la casa de la CPM para cerrar la jornada de reflexión e intercambio con el taller sobre propuestas museográficas y los dilemas de la representación.

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