Especial web | Para trabajar Malvinas
Recursos y Materiales
Aunque en las efemérides escolares está incluida desde hace mucho tiempo, la Guerra de Malvinas ha sido uno de los aspectos menos abordados de la última dictadura militar. En la escuela su conmemoración se asocia con la reivindicación de la soberanía nacional y el recuerdo de los caídos, rescatados como héroes y mártires de la Patria, eludiendo inscribirla en el régimen militar que la produjo.
Cuando se la conecta, lo más usual es interpretarla como la causa más visible del derrumbamiento de la dictadura, como una suerte de acto fallido de la cúpula militar que en su intento de perpetuación se dio muerte a sí misma. Sin embargo, aunque en parte fue así, esta lectura deja en las sombras la compleja trama que posibilitó la guerra y que se desplegó a causa de ella, ocluyendo los procesos de resistencia en ascenso.
Lo cierto es que la Guerra de Malvinas es un acontecimiento poco abordado y analizado, y aún menos enseñado. A 40 años del conflicto bélico aún las heridas siguen abiertas, tanto en la dimensión privada de quienes la sufrieron en carne propia, como en la esfera pública donde aún queda pendiente un profundo debate y reflexión acerca de las condiciones que la propiciaron y las consecuencias no asumidas que aún persisten.
La Guerra de Malvinas es sin dudas un acontecimiento polisémico, es decir, significado en los más variados sentidos.
En el más amplio y difundido de ellos, la Guerra se inscribe en la “Causa Malvinas”, reivindicación nacional y soberana que “hermana a todos” más allá de las fronteras ideológicas y políticas que “dividen” a la sociedad. Esta idea aún persiste con fuerza.
Por otro lado, es expresión de un gobierno dictatorial que decidió en función de sus propias lógicas y tensiones internas, de acuerdo a las modalidades autoritarias, represivas y violentas que lo caracterizaron. Fue una guerra impuesta, reivindicada desde una idea de “Nación” también inspiradora del plan sistemático de exterminio que supuso la denominada “lucha contra la subversión apátrida”. Las crecientes denuncias de los ex combatientes, que en su calidad de conscriptos fueron obligados a concurrir al frente, hacen aún más visible esta conexión. Los estaqueamientos de soldados, los tratos aberrantes e incluso ejecuciones, no estuvieron ausentes en las Islas.
Pero también la guerra está enmarcada en las luchas antiimperialistas, en tanto reivindica la soberanía territorial y la lucha contra el imperio colonial y usurpador. La cadena de solidaridad latinoamericana que generó y las contradicciones que provocó en militantes y perseguidos políticos, tanto en el país como en el exterior, expresa ese sentido asignado al conflicto bélico.
Los materiales que aquí presentamos intentan dar cuenta de esta pluralidad de miradas, insistiendo en que la “Guerra de Malvinas” es parte indisoluble de la historia de la última dictadura militar.
Malvinas: una cronología de los hechos
22 de diciembre de 1981.
Asume la presidencia el General Leopoldo Fortunato Galtieri, tras un golpe interno al gobierno de Roberto Viola, acusado por los sectores más “duros” de las FFAA del regreso a una “Argentina populista”. Ya meses antes se había planteado dentro de ciertas facciones del régimen, la necesidad de refundar los objetivos iniciales de la dictadura. La ocupación de las Islas Malvinas comenzó a ser vista como una oportunidad para obtener estos fines a corto plazo. Así “el asunto Malvinas” se fue gestando como prioridad en la cartera política, bajo acuerdos entre el General Galtieri y el titular de la Armada, Jorge Anaya. Una vez desplazado Viola, se necesitaba una figura fuerte en la cancillería para que llevara a buen destino este asunto y se designó a Nicanor Costa Méndez, quién sostenía una actitud pesimista con respecto a las posibilidades de negociación diplomática con Gran Bretaña, según los tiempos acelerados que manejaba el Proceso. A partir de ese momento comenzó a hablarse de la ocupación de las Islas.
19 de marzo de 1982 “Operación Alpha”.
Se produjo el desembarcó en la Isla Georgia del Sur, de obreros y técnicos argentinos enviados por el empresario Constantino Davidoff, con el objetivo de cumplir un contrato para desmantelar tres factorías balleneras en desuso para aprovechar el uso de la chatarra. Más allá del comportamiento “dudoso” de los trabajadores durante la estadía en la isla -el izamiento de una bandera argentina y el disparo de tiros al aire-, el no paso por Grytviken para la autorización formal del British Antarctic Survey, según lo acordado con el empresario previamente, generó desconfianza al gobierno de las Islas Malvinas. Algunos testimonios revelan que este incidente fue un operativo militar encubierto, otros desestiman esta supuesta estrategia, lo cierto es que suscitó una fuerte pugna diplomática y el posterior envío, desde el Puerto Stanley, del buque británico HMS Endurance con infantes de marina, para hacer cumplir a los obreros argentinos la orden de reembarcarse y retirarse de la zona en 24 horas.
24 de marzo.
Según la Junta militar el episodio Davidoff aceleraba el objetivo de invasión, se generaba un clima propicio para argumentar y legitimar la ocupación militar de las islas. Así, el 24 de marzo de 1982 desembarca Alfredo Astiz, quién había ejercido en el grupo de tareas de la ESMA, en las islas Georgias junto a un grupo de infantes de marina, con el propósito de defender a los trabajadores de Davidoff. Ya no había vuelta atrás, solamente había que definir la fecha de la ocupación.
30 de marzo.
Desde 1981 la sociedad había comenzado a recuperar ciertos espacios de expresión política y cultural. La CGT convoca a paro y movilización para el 30 de marzo, en protesta por la política económica y social llevada adelante por la dictadura. Se realiza una multitudinaria concentración en Plaza de Mayo y en otras ciudades del país. La represión tiene una fuerte presencia, una vez más: hay varios heridos, detenidos y un muerto en la provincia de Mendoza.
2 de abril.
Militares argentinos desembarcan en las Islas Malvinas. La decisión había sido notificada al resto de los oficiales de la Junta y a funcionarios de la Cancillería, unos pocos días antes. Si bien este operativo no había tenido un gran apoyo, ni bien fue anunciado el ocupamiento de Puerto Stanley, la actitud fue de optimismo y júbilo. Esta situación, de alguna manera había sido prevista por Anaya y Galtieri, no así las reacciones de EEUU y Gran Bretaña. Se pensaba que EEUU iba a aceptar las circunstancias, una vez realizada la ocupación, y que los ingleses no estaban dispuestos al combate. Pero las previsiones no fueron acertadas.
Ese mismo día por la tarde, otra movilización sorprende en Plaza de Mayo, esta vez era en apoyo a la ocupación de las Islas.
3 abril.
Gran Bretaña obtiene una victoria diplomática frente a la ONU, al aprobarse la aplicación de la Resolución 502 del Consejo de Seguridad. El punto más importante es la exigencia de retirada de todas las fuerzas argentinas de las islas y la consideración de la Argentina como un Estado que había afectado la seguridad colectiva, garantizada por la ONU.
La nominación de “Estado agresor” alejó de la neutralidad a EEUU; la administración de Reagan no desconocía que Gran Bretaña era miembro de la OTAN y que habían sido aliados en la formulación de políticas exteriores. Las comunicaciones entre Reagan y Thatcher comenzaron a ser más fluidas.
Unos días después, partía desde Gran Bretaña una misión especial hacia las islas, compuesta por fragatas, submarinos, destructores y buques; situación poco prevista desde la Argentina.
7 de abril.
Es designado por EEUU como interventor del conflicto el General Alexander Haig. Se entrevista en Washington con el canciller Costa Méndez y luego, mantiene reuniones con Margaret Thatcher y con Fortunato Galtieri, sin obtener éxito en las negociaciones. El 30 de abril se declara el fracaso definitivo de la mediación y Ronald Reagan anuncia públicamente su apoyo a Gran Bretaña
Ese 7 de abril asume el cargo de gobernador militar del archipiélago el general Mario Benjamín Menéndez quien, una vez en el mando, rebautizó Puerto Stanley con el nombre de Puerto Argentino y cambió el nombre de varias calles. Mientras tanto, las islas se fueron colmando de soldados, la mayoría de ellos apenas contaban con entrenamiento.
10 de abril.
Nueva movilización en Plaza de Mayo en apoyo a las acciones de recuperación de las Islas. La prensa afirmó que concurrieron más de 100.000 personas. Adhirieron el partido Justicialista, la Unión Cívica Radical, Saúl Ubaldini, Jorge Triaca, Marco Denevi, Jorge Asís, Silvina Bullrich, entre otres.
25 de abril.
Fuerzas inglesas atacan una guarnición argentina en la Isla San Pedro y ocupan las Georgias del Sur. El capitán del navío, Alfredo Astiz, firma la rendición.
1º de mayo.
Se abre la etapa propiamente bélica del conflicto. La aviación británica ataca Puerto Argentino. Existían claras diferencias tecnológicas, de capacidad profesional y coordinación que favorecían a Gran Bretaña.
2 de mayo.
El 2 de mayo un submarino británico hunde el crucero argentino General Belgrano, fuera de la zona de exclusión, que causó la muerte de 323 tripulantes. Este episodio corresponde al orden del crimen internacional, aunque nunca fue resuelto.
4 de mayo.
Se produce el hundimiento del destructor Sheffield por ataque de la aviación argentina.
6 de mayo.
La ONU propone un acuerdo de paz que implicaba el retiro de las fuerzas de ambos países, el inicio de las negociaciones, la suspensión de las sanciones económicas contra la Argentina y la administración de las Islas por parte de Naciones Unidas, durante las negociaciones. Gran Bretaña es la primera en no aceptar la propuesta.
11 de junio.
Después de su visita en Londres, el 28 de mayo, el Papa Juan Pablo II llega a la Argentina con la misión de realizar un fuerte reclamo por la paz. Fue recibido en la Casa Rosada por el presidente de facto y tuvo un encuentro con los miembros de la Junta Militar. Concelebró una misa en la Basílica Nacional, ante una multitud de aproximadamente 700.000 personas.
14 de junio.
Después de varios ataques a Puerto Argentino, el General Jeremy Moore solicitó la rendición de los argentinos. Mario Benjamín Menéndez presenta finalmente la rendición que puso fin a la Guerra de Malvinas.
15 de junio.
El presidente Galtieri dirige un discurso a la sociedad argentina donde anuncia el cese del combate en el Puerto Argentino. Esa misma noche, una manifestación en Plaza de Mayo fue fuertemente reprimida, hubo enfrentamiento con la policía. El resultado fue de varios heridos, detenidos y destrozos en la vía pública.
17 de junio.
El General Galtieri fue destituido de su cargo. El ministro Saint Jean fue nombrado presidente interino.
1º de julio.
Reynaldo Bignone asume la presidencia del gobierno militar y anuncia que se ha levantado la “veda política” en el país.
Para el aula: sugerencias de actividades y documentos
Para el aula: sugerencias de materiales y documentos
Juan López y John Ward
Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
Jorge Luis Borges.
Los conjurados (Madrid, Alianza, 1985)
1. La resistencia a la dictadura y la Guerra de Malvinas
Documentos:
– Movilización CGT 30 de marzo – Volantes – Legajo ex DIPPBA (ver documentos abajo).
– Tapa Clarín:
2. Los medios de comunicación y la guerra
Materiales
-
- Publicidad oficial Ya estamos ganando “Decíamos ayer”
- Tapa de revista Gente “Seguimos ganando”
- Humor Nº 81 – Mayo 82 – Texto ”Nada se pierde”
“YA ESTAMOS GANANDO. Porque luchamos por una idea grande. Porque nuestros soldados la están defendiendo. Porque ahora todos sabemos apretar los dientes. Porque los argentinos nos volvemos a mirar como hermanos. Porque estamos haciendo de cada lugar de trabajo un puesto de combate. Porque por fin, y para siempre, somos una sola fuerza. ARGENTINOS A VENCER! Cada uno en lo suyo, defendiendo lo nuestro”.
Solicitada en diario Clarín 4/5/82 publicada en “Deciamos Ayer” Blaustein,Eduardo Zubieta, Martín
PARA PENSAR:
a) Leer la solicitada oficial publicada en el Diario Clarín el 4/5/82:
– ¿Cuáles son los sentidos que la Junta Militar le asignó a la Guerra de Malvinas?
– ¿Por qué?
b) Analizar los materiales de los medios de la época
– ¿Qué rol jugaron los medios de comunicación durante la Guerra?
– ¿Cuáles fueron las distintas posiciones de los medios frente a la Guerra?
– ¿Se encuentran actitudes críticas ante la dictadura?
PARA INVESTIGAR:
Consultar en la biblioteca de la escuela; entrevistar a docentes y/o alumnos de la época, si el intento de recuperación y la Guerra de Malvinas se trabajó como tema en la escuela y de que modo. Tener en cuenta cuales fueron los dispositivos utilizados para estos fines, como por ejemplo: la exaltación de los símbolos patrios, la apelación a los sentimientos nacionalistas, etc.
Buscar en el archivo de diarios, revista/s o radios de la localidad la información que brindaron a la población durante el conflicto armado con Gran Bretaña.
– Analizar las posturas de los diferentes medios locales.
– Contraponer esta información con los testimonios de los ex combatientes de tu localidad.
3- La experiencia de la guerra
Testimonios extraídos de investigaciones producidas en el marco del Programa Jóvenes y Memoria:
“Malvinas, soldados de la memoria, islas del olvido”. Mar del Plata – Divino Rostro – 2006
Ex combatiente de la localidad:
“Yo fui estaqueado por personal militar argentino, oficiales y suboficiales, por robar comida.”
“El 28 de mayo, después de tres días sin comer, con mucho hambre y con mucho frío, vivíamos completamente húmedos, todo el día mojados…Había (o veíamos) fusilamientos en Malvinas, decíamos: no, uds. están locos, no saben de lo que están hablando. Nosotros comprobamos a lo largo de los años que hubo fusilamientos en Malvinas. Incluso dicho por los ingleses. Estábamos muy afectados, teníamos mucho frío, mucho hambre, calcinados totalmente en lo que era el cuerpo en sí, habíamos sufrido mucho. Y estaba el otro sufrimiento mental que era ver a los compañeros heridos. Teníamos compañeros ahí heridos que, entre nosotros tratábamos de curarlos en ese momento.”
“Todavía no somos reconocidos. A 24 años de haber estado, la sociedad nos debe un montó de cosas, porque no fuimos contenidos por el estado nación. Así nos costó a los ex combatientes reinsertarnos en la sociedad. El estar hablando acá con uds. Esto nos llevó la parte más dura de la posguerra. Imagínense que todavía seguimos perdiendo ex combatientes. Se siguen suicidando compañeros. Tenemos 405 compañeros suicidados, el último el 6 de enero de este año, el soldado que más condecoraciones tuvo, es más fue condecorado por los británicos por el acto de heroísmo que hizo. Todavía y lamentablemente para nosotros fueron más duros estos 24 años de posguerra que la misma guerra en sí. “
“Malvinas: no es sólo una historia”- Saladillo, EEM Nº 2, 2006
Marcelo Mengarelli – Ex combatiente de la localidad
“Yo creo que como ellos no podían demostrar que tenían conocimientos de guerra, trataban de demostrar el poder a nosotros mismos estaqueándonos y haciéndonos cualquier cosa…”
“A mi me trajeron los ingleses prisionero. Nos tuvieron en Campo de Mayo unos días y después nos llevaron al regimiento 7 (en La Plata) y hasta llegar ahí, nadie iba… Íbamos como cuarenta micros, era una fila muy larga de micros, con los vehículos del ejército y todo, ni pelota en Capital. Pero cuando empezamos a entrar en City Bell y todo, que ya sabían que éramos los excombatientes. Yo creo que la gente no sabía que eran excombatientes los que veían en Capital. A los dos costados de la ruta había cualquier cantidad de gente. Llegamos al regimiento a las 12 de la noche. No nos dejaban hablar con nadie. Yo alcancé a decir que era Marcelo Mengarelli de Saladillo y acá Eduardo Rivarola que era papá de un amigo mío escuchó en una radio por una radio que estaba escuchando y le avisó a mis padres, porque les habían dicho que nosotros por 10 días no íbamos a venir, o sea que mis viejos no estaban enterados que yo estaba o no estaba, así que se volvieron porque no le habían dicho donde estábamos. Después estaban medio mal anímicamente….”
“Yo sí me sentí utilizado porque yo creo que los militares lo hicieron para salvar y seguir estando en el poder. Nos utilizaron como un instrumento pensando que podían ganar. Nunca más un militar a mí me dice lo que tengo que hacer”
PARA PENSAR:
Leer los testimonios de los ex combatientes,
¿ Crees que el resultado de la Guerra y sus consecuencias fueron silenciadas por los militares? ¿Por que?
¿Qué actitud tuvo el Estado argentino al regreso de los soldados?
¿Y el conjunto de la sociedad?
¿Qué ocurrió después, durante la democracia, con los ex combatientes?
Y en la actualidad ¿Cómo crees que nos comprometemos como sociedad frente al tema?
PARA INVESTIGAR:
Entrevistar a ex combatientes de la localidad, solicitarles refieran a su experiencia como soldados, como continuó su vida al regreso y comparar con los testimonios que obtuvieron los alumnos de las escuelas de Mar del Plata y de Saladillo.
¿La experiencia de la guerra es similar en todos los casos?
Teniendo en cuenta que estos jóvenes tenían entre 18 y 20 años ¿Cómo crees que puede haber impactado en sus vidas esta experiencia?
¿Qué impresiones quedan después de estos testimonios? ¿Transforman nuestra postura ante una guerra en cualquier contexto?
4. El impacto del conflicto en el exterior
La postura de exiliados políticos argentinos. Manifiesto del Grupo de Discusión Socialista, México , 10 de mayo de 1982.
“Esto es lo que hay que tener muy claro: la soberanía argentina sobre las Malvinas abre la posibilidad de una lucha popular en el interior del país para impedir que los gobernantes de turno la desbaraten en los hechos mediante la entrega en cambio, la pérdida de esa soberanía implica la consolidación a largo plazo del dominio imperialista sobre un área cuya importancia Inglaterra y Estados Unidos vienen a confirmar con sus acciones. En el primer caso, se trataría de un triunfo parcial que las fuerzas progresistas de Argentina se encargarán de completar; en el segundo caso, se trataría lisa y llanamente de una gravísima derrota no ya para el gobierno que se lanzó a esta aventura sino para la nación en su conjunto”.
“Reivindicar en la actual situación la indiscutible soberanía argentina sobre las Malvinas no implica, como lo quieren algunos y en primer lugar el propio gobierno, echar un manto de olvido sobre su política desde 1976 hasta el presente. Por el contrario, para dar su sentido cabal a esta justa reivindicación se requiere como condición indispensable, asumir una posición resuelta y clara de repudio a dicha política La dictadura no es menos dictadura por el mero hecho de haber ocupado las Malvinas e izado en ellas la bandera argentina. En este sentido, la represión brutal y la opresión económica contra el pueblo llevadas al paroxismo a partir de marzo de 1976; los crímenes politicos de Videla, de Viola y de Galtieri tanto como los crímenes económicos de Martinez de Hoz, de Sigaut y de Alemann; la inexistencia de libertades y derechos políticos y la vergonzante, y a veces desvergonzada, intervención en Bolivia, en El Salvador, en Guatemala, en Honduras; la censura y la persecución culturales y el desempleo y el hambre; todos estos hechos, y muchos otros, marcan íntimamente la coyuntura actual y por lo tanto definen también su significación objetiva. Decidir olvidarlos bajo la figura generalizante de la “unidad nacional” supondría no sólo renunciar a la necesaria labor de esclarecimiento que el momento exige, sino también suscribir la “versión política de los hechos” que la propia Junta Militar pretende imponer y los objetivos que persigue con ella”. (señalaba el Manifiesto del Grupo de Discusión Socialista en la pág. 8)
León Rozitchner en Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia. El punto ciego de la crítica política.
Respuesta al Manifiesto
“…¿qué podemos achacarle a la mayoría de una población aterrada en su torpe deriva, si tenemos presente que casi la totalidad del pensamiento crítico, función que delimita y abarca el campo político e ideológico que llamamos de “izquierda”, también alentó y apoyó políticamente esa fantasía siniestra del devocionario de las FFAA, cuando súbitamente decidieron “salvar la patria” recuperando la soberanía en las islas rocosas del Atlántico Sur luego de aniquilar –asesinato, tortura, violación, robo- toda resistencia en la soberanía de los cuerpos y la tierra que previamente habían arrasado?”
“En estos momentos donde los cuerpos pensantes enmudecen están todos ellos referidos a estados cruciales de los últimos tiempos: la complicidad complaciente y triunfalista de quienes, antes enfrentados, en un giro inexplicable se inscribieron de pronto a favor de una ilusoria transformación antiimperialista iniciada por las fuerzas genocidas, porque también estaban –se argüía- apoyadas por el pueblo”.
LEER ATENTAMENTE LAS POSTURAS PLANTEADAS
Analizar las posturas ¿Qué sostiene cada una? ¿En que se diferencian?
¿Por qué creen que Malvinas suscitó posturas tan encontradas en sectores críticos a la dictadura militar como los exiliados políticos?
Analizar si hoy en la sociedad argentina aparecen estas lecturas sobre el tema Malvinas, si la Guerra aparece justificada, rechazada, vinculada a la dictadura o de que otros modos se la interpreta, se la significa o se la repudia.
5- Material complementario: Otras voces frente a la Guerra
Material del ex – archivo de la DIPBA – “Misión de solidaridad de la Confederación de Trabajadores Venezolanos”
Reportaje a Adolfo Perez Esquivel por Mona Moncalvillo (publicado en “Humor” Nº 86 – julio de 1982)
(…)- Muchos partidos políticos insisten con el “manto de olvido”…
– Yo he hablado con dirigentes políticos y les he dicho que no se puede construir ningún orden democrático donde estén ausentes los derechos humanos y donde no se clarifique esa situación. Como también debe clarificarse el asunto Malvinas… ¿Por qué nos han arrastrado a una guerra?¿Qué pasa ahora con todos esos espíritus belicistas? Cuando uno estaba advirtiendo las cosas antes… Yo decía que el primer objetivo de la paz era salvar vidas, y salvar vidas significa lo esencial.(…)”
– ¿Cuál es tu síntesis sobre la guerra en las Malvinas y su desenlace?
– Desde el comienzo señalamos que era una guerra absurda, hecha a espaldas del pueblo. No se puede llevar un país a una guerra bajo ningún punto de vista, y menos con una economía débil y destruida. Eso es comenzar con una derrota. Otra cosa es que se ponen en cuestionamiento, por el recurso de la fuerza, los derechos jurídicos e internacionales. Y también lo que esto puede motivar, a nivel internacional, por sus consecuencias; que ya las vimos… Hubo gran desinformación y manipuleo de la emotividad del pueblo. Y consecuencias desastrosas para el presente y el futuro de del país. Insisto, a pesar de muchos, incluso de sectores de la Iglesia que hablan de guerras justas, en que no hay guerras justas… Toda guerra trae destrucción, muerte y dolor… Lo que hay son causas justas, y deben ser defendidas de otra manera.
-¿Cuáles son las secuelas?
– Las pérdidas de vidas humanas, los jóvenes mutilados, que lo son para toda la vida. Muchas veces las mutilaciones no se ven, porque además las hay también espirituales y psíquicas, y de eso no se habla. Jóvenes a los que se los ha obligado a matar, y su recuperación es muy difícil. También hay que ver la repercusión en las familias de esos jóvenes; es un ser querido que ha sido llevado contra su voluntad a una guerra. Y además, están las consecuencias en la credibilidad del pueblo. Un pueblo al que, hasta último momento, se lo engañó con ánimos triunfalistas, cuando en realidad sabían que las cosas no eran así…
– Hemos leído y escuchado declaraciones de soldados donde cuentan las penurias que pasaron, pero casi todos dicen que no se sintieron obligados que volverían a ir, lógicamente en otras condiciones…
– Pienso que tal vez, algunos, no todos…Entonces, ¿cuáles son las consecuencias de esa guerra? ¿Era necesaria? Nosotros estamos de acuerdo con la reivindicación de las Malvinas. Yo la he defendido desde el primer momento, pero no he defendido los medios, ni a quienes nos metieran en esa guerra en ese momento. Cuando vemos un país totalmente deshabitado, sin recursos, sin posibilidades… Basta ir al sur y uno ve que allí hay doscientas o trescientas Malvinas. Además, sobre eso de defender una causa justa, voy a repetir que integración no significa soberanía. Solo hay soberanía, cuando un pueblo tiene la capacidad de decidir su propio destino. Y eso hace a todos los órdenes, no sólo a una integración territorial. Sucede que se ha tocado una fibra psicológica popular muy sensible, porque todos, desde niños, aprendimos lo que son las Malvinas, y sabemos que es un remanente colonialista, imperialista, que subsiste en América Latina.
La serie fotográfica “Las islas en el continente” da cuenta de la experiencia de la guerra de Malvinas en el continente e indaga sobre los modos en que la sociedad reaccionó frente al conflicto. La propuesta de trabajo en el aula está centrada en problematizar la trama que posibilitó la guerra y se desplegó a causa de ella. Proponemos que las imágenes se utilicen como disparadores para abrir el debate en torno a la idea de Patria y soberanía, interrogando los relatos sobre la Nación y sus usos en la construcción de consensos. Presentamos además un afiche con el fin de visibilizar las violaciones a los derechos humanos cometidas en Malvinas como crímenes de lesa humanidad.
OTROS RECURSOS
Para el aula: sugerencias de materiales y documentos
Juan López y John Ward
Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
Jorge Luis Borges.
Los conjurados (Madrid, Alianza, 1985)
Cruces, idas y vueltas de Malvinas
Fotos del libro compilado por Federico Lorenz y María Laura Guembe
¿Por qué necesitamos más fotos sobre Malvinas? Porque no vimos lo que los soldados vieron, acaso la última imagen atesorada por las retinas antes de la muerte. Vimos, sobre todo, fotografías de propaganda en un contexto de severa censura.
No conocimos las fotos que ellos quisieron traer. No muchos tenían cámaras fotográficas, en algunas ocasiones ni siquiera se las permitían, pero quienes pudieron registraron de algún modo su paso por la guerra. Les pidieron a los fotógrafos regimentales que les sacaran fotos para enviarlas a casa. Un compañero afortunado los retrató en los pozos de zorro, en las posiciones, en los cerros desolados donde muchos dejaron la vida y todos sus ilusiones, para construir otras nuevas en el mejor de los casos.
De esa guerra, la guerra cotidiana, sabemos muy poco. Muchas fotos se perdieron para siempre: quemadas, o simplemente ausentes hasta que alguien las encuentre entre los despojos de la batalla. Sin embargo, los que las tomaron recuerdan cada detalle de la imagen, en la punta de un cerro, y vuelven a contarla. Algunas, que se exhiben aquí por primera vez, fueron capturadas por los británicos. Fue una doble derrota: la pérdida de las islas, y la posibilidad de anclarlas en un recuerdo material.
Pero muchas fotos volvieron y, sin embargo, no circularon. ¿Por qué? Responder a esta ausencia es comenzar a respondernos acerca de las formas en las que los argentinos lidiamos con el pasado reciente, el lugar que le damos al recuerdo entendido como un gesto de doloroso respeto, pero también como una forma de asunción de responsabilidades.
María Laura Guembe y Federico Lorenz *
(*) Autores del libro “Cruces”, al cual pertenecen todas las fotografías
El servicio militar obligatorio se implementó en la Argentina en 1904. Fue un hito importante en la vida de miles de jóvenes varones argentinos: al cumplir 18 años (en algunas épocas, a los 21) eran sorteados para realizar la conscripción en alguna de las tres fuerzas, pero sobre todo en el Ejército. Popularmente conocido como “colimba” (corre-limpia-barre), el servicio militar obligatorio era visto como un proceso bajo el cual los jóvenes “maduraban” gracias a la disciplina castrense, traducido en algunos casos en servidumbres y maltratos recurrentes que algunos episodios de la guerra de 1982 exhibieron en sus más crueles consecuencias. Inicialmente, mediante la implementación del servicio militar obligatorio se buscó dar cohesión a la nueva república, reforzar el papel del Estado e inculcar una serie de valores nacionales y sociales a los jóvenes.
En 1994, en un cuartel de la provincia patagónica de Neuquén, apareció el cadáver del soldado conscripto Omar Carrasco. Las investigaciones posteriores demostraron que había sido dejado agonizante allí luego de una golpiza sufrida a manos de un oficial y algunos de sus compañeros. Este incidente motivó que en junio de ese mismo año, por un decreto presidencial, el servicio militar dejara de ser obligatorio.
Un suboficial de la compañía A del Regimiento de Infantería 7, como algunos otros, llevó una cámara a Malvinas, con la que registró la vida cotidiana de sus hombres y oficiales. Cuando se produjo el ataque inglés sobre el Monte Longdon, la cámara quedó abandonada en las posiciones. Actualmente, las fotos saqueadas de los despojos de la batalla están en el Imperial War Museum de Londres. Pablo Báez es el soldado que aparece en primer plano en la foto:
Cuando se produce el primer ataque aéreo a raíz de eso viene la orden para que empecemos a hacer los primeros pozos de zorro, para generar una mayor protección. Entonces esta posición se arma porque en uno de los bombardeos previos… había caído un proyectil acá. Entonces el razonamiento nuestro en ese momento fue “tenemos que tener mucha mala suerte para que caigan dos bombas en ese mismo lugar”. Entonces aprovechamos ese pozo y empezamos a cavar para abajo.
Por una cuestión de mantener el cerebro ocupado empezamos a trabajar para generar el mayor confort en el lugar donde no sabíamos cuánto tiempo íbamos a pasar.
Testimonio de Pablo Báez
Muchos de los prisioneros de guerra argentinos regresaron al continente a bordo del Canberra, un crucero de lujo británico:
Cuando salimos a cubierta (…) cuando vimos el azul del mar, fue algo impagable (…) Como si ya se hubiese cumplido todo (…) ¡Volvimos! (…) Una sensación de paz (…) Nada más el viento y el mar (…) Una sensación como de… “Por fin se terminó” (…) Como si te sintieras bien con vos mismo.
Omar Olsiewich, RI 3
La rendición ocurrió el 14 de junio de 1982, se había acabado la guerra. Tuvimos un respiro en nuestro terrible suplicio. Esperábamos las noticias de la vuelta de los barcos con nuestros soldados. Pero antes que los barcos vinieron tres militares a mi casa para informarnos que nuestro hijo había fallecido. Era el día miércoles Junio 16 de 1982.
Salvador Vargas, Malvinas. Historias breves y sentimientos.
Hoy la Patria se yergue sobre el sacrificio de su hijo. De aquí en más, los pliegues celestes y blancos de nuestra bandera, que señala los cielos desde el brazo de sus mástiles, llevará estampada la imagen de su hijo proclamando ante los ojos de la historia, que su rostro resplandecerá para siempre en ella, con el gesto imborrable de los héroes que respondieron al llamado de la Patria.
(Fragmento de la carta enviada por la Armada Argentina a los padres de las víctimas del Crucero ARA General Belgrano, torpedeado y hundido por los británicos el 2 de mayo de 1982 fuera de la zona de exclusión).
¿Alguna vez te preguntaste por qué te salvaste?
Yo sí.
Y hubo veces que no pude
olvidarme
aún después de que la botella cayó vacía. Mientras que
yo
seguía tan sobrio como al recordar
los ojos chinos de
Mario
Descorchando la peor pesadilla.
Carlos Giordano, en Malvinas.
Nosotros –y este nosotros es todo aquel que nunca ha vivido nada semejante a lo padecido por ellos– no entendemos. No nos cabe pensarlo. En verdad no podemos imaginar cómo fue aquello. No podemos imaginar lo espantosa, lo aterradora que es la guerra; y cómo se convierte en normalidad. No podemos entenderlo, no podemos imaginarlo. Es lo que cada soldado, cada periodista, cooperante y observador independiente que ha pasado tiempo bajo el fuego y ha tenido la suerte de eludir la muerte que ha fulminado a otros a su lado, siente con terquedad. Y tiene razón.
Susan Sontag, Ante el dolor de los demás.
OTROS DOCUMENTOS
- Charla de Ernesto Alonso (ex combatiente e integrante del CECIM La Plata) el 29 de marzo de 2007 en el marco de la charla organizada por la Comision por la Memoria: “A 25 años : Dictadura militar y Guerra de Malvinas. Interrogantes para un debate ausente”
Discurso realizado el 29 de Marzo en el Teatro Argentino de La Plata
A 31 años del Golpe y 25 años de Malvinas
Han tratado durante todos estos años sostener un muro que separe, que distancie, que excluya, a la guerra de Malvinas como parte de la dictadura Militar.
Intentando justificar con los argumentos mas inexplicables que la decisión tomada por quienes no respetaron la soberanía popular, apropiándose de un mandato que el pueblo no les otorgó, había sido la correcta.
Se habían apropiado nuevamente de algo que no les correspondía, una causa nacional y popular como lo es Malvinas.
Los referentes políticos de entonces asintieron y se sumaron al discurso oficial de la dictadura militar contribuyendo a esta idea.
Alfonsín decía:
“Este hecho militar tiene el respaldo de todo el país. Es una reivindicación histórica que tiene el asentimiento y la unanimidad de los argentinos”.
Por otra parte Menem argumentaba:
“Las Fuerzas Armadas se hicieron eco del clamor popular y siguieron los lineamientos del reclamo: recuperar las islas e izar el pabellón celeste y blanco”.
En un Comunicado de la CGT. Se planteaba que “El movimiento obrero argentino, representado por la CGT, acompañará este hecho histórico declarando el día 2 de abril como de Júbilo Nacional”.
Pocos días antes del 2 de abril se producían las movilizaciones populares, recuerdo aquel 30 de Marzo de 1982, estaba junto a un grupo de soldados viejos en un campo de entrenamiento del Ejercito con la incorporada clase 63. Se nos ordena prepararnos en forma urgente para regresar al Regimiento, allí los oficiales nos informan que estaríamos acuartelados por que “existía la posibilidad de tener que reprimir”.
¿Qué nos pasó?
Toda sociedad que pasó por una guerra tiene que desandar sus propias prioridades para poder pensar libremente, para superar sus heridas profundas y sanar colectivamente.
Es necesario hacer un ejercicio y poner cada cosa en su lugar, revisar ese pasado para construir un mejor fututo, poner a los dictadores y asesinos en la cárcel y a los responsables de la derrota, también.
Y me pregunto mil veces, Que nos Paso ?
Mi maestra me enseño, en la escuela pública, que Las Malvinas son Argentinas, a ellos les enseñaron en la Escuela de las Américas y así sucedieron las cosas.
Los ex soldados conscriptos fuimos testigos de las aberraciones cometidas por oficiales y suboficiales de las FF.AA, a través de los testimonios de los que sufrieron en carne propia, la tortura física, psicológica, los estaqueamientos y la traición.
Fuimos testigos de la impericia, la irresponsabilidad y la cobardía por parte de quienes nos conducían.
La matriz no pudieron dejarla, la llevaron en su mochila, en su cabeza. Torturar, ocultar, desaparecer, asesinar, mentir, buscar al enemigo fronteras adentro y ser aliado de las peores doctrinas fronteras afuera.
Durante la Dictadura 129 soldados conscriptos que cumplían con la ley del servicio militar obligatorio fueron desaparecidos
Nos quisieron imponer un pacto de silencio, el que a “ellos” le enseñaron.
Intentaron durante todos estos largos años contar otra historia, la que “ellos” denominaron “La Verdadera Historia”.
Condicionaron la democracia con nuestra causa, la de “ellos”, su causa, las leyes de obediencia debida y punto final.
Le mintieron a los familiares, nunca hicieron una autocrítica, y se ocultaron bajo el manto de neblina que persistió en estos largos años.
Toda nuestra historia, la que comenzamos a forjar apenas regresamos desde nuestro querido CECIM LA PLATA, es fruto de un largo camino poblado de amenazas verdaderas, de agresiones certeras, de olvidos tangibles, de silencios estruendosos, pero también de una memoria inclaudicable, de una identidad férrea y la convicción distintiva de que sabemos y reafirmamos que los que fuimos colimbas nada teníamos que ver con los uniformes militares que estuvieron manchados de sangre compatriota salida de las mesas de torturas o de la ignominia de los secuestros de niños.
La convicción distintiva de que nuestra humilde presencia también fue símbolo de la lucha popular que permitió y permite recuperar las instituciones de la Democracia.
Y que, aún hoy, tenemos que andar explicando cómo sobrevivimos a pesar de tanta pretensión de olvido, de tanto silenciamiento, de tanta puerta trasera por donde nos hicieron entrar.
Porque, a 25 años, más que decir algo es imprescindible volver a sentir el derecho pleno a pensar que la historia que nos tocó vivir, no fue en vano.
Que el dolor no fue ni es en vano. Que el recuerdo no debe ser sólo pesadilla. Que la memoria no debe ser convocada sólo una vez o dos al año. Que nuestros compañeros no murieron en vano o por la sola explicación de la acción “irracional” de borrachines con poder discrecional.
Quizás sea éste el momento de comenzar a discutir los diferentes roles asumidos, los aportes de cada institución, qué hicieron los referentes políticos, qué los gremios, qué los medios, qué las familias… pero sin lugar a dudas, esto es un proceso de mucha intervención subjetiva, de tiempos diferentes y de espacios de maduración desiguales.
Basta decir que el tema Malvinas no debe estar apartado de una intervención solidaria y colectiva sobre la historia reciente de los procesos sociales.
Todo Estado tiene una responsabilidad con sus decisiones. Aún con aquellas que haya tomado otra administración. Y frente a esta verdad histórica, ¿qué han hecho los diferentes gobiernos nacionales al respecto de las consecuencias de la guerra de Malvinas?.
En primer lugar al regreso, durante la dictadura, han tratado de ocultar las voces de sus protagonistas silenciosos Ocultar las voces de los protagonistas, al principio amparados en las consignas tardías e inútiles de los intereses supremos de la defensa nacional.
A esta época podemos llamarla de la pretensión de Silencio o directamente de Censura y Amenazas.
Se ocultó las voces de los protagonistas, luego, justificándose en el “peligro” de que las instituciones militares se ofendieran y retomaran acciones que ya habían sido vaciadas por cualquier apoyo que en el pasado hubieran tenido, es decir Intereses económicos o algún Gobierno extranjero hegemonizante a nivel mundial, por mencionar sólo a un par de ejemplos, o en otras palabras, por la suprema necesidad de la “Pacificación Nacional”.
A este otro tiempo podemos llamarlo de Desmalvinización, es decir desalentar todas aquellas ideas y acciones que hicieran recordar una causa que podía superar los intereses sectoriales y aportar un Destino de unidad política, de soberanía territorial y del comienzo de una regionalidad que trascendiera las fronteras artificiales y culturales con que se fragmentaron los sueños de nuestros próceres fundacionales.
Más tarde, se siguió ocultando aquellas voces, amparados por la inutilidad de una gestión que hizo todo por perder la oportunidad de ejercer la soberanía política de una Nación, se siguió ocultando aquellas voces porque eran ellas las que podían demostrar con su propia historia, con su misma acción, que el principio de defensa de la soberanía política, la independencia económica y la construcción de un futuro autónomo no iba bien de la mano de la enajenación de todos los recursos naturales y culturales de nuestro Pueblo.
Y ahí fueron YPF, Aerolíneas, el gas, el agua, los ferrocarriles, etc etc, y así se desmantelaron los proyectos de investigación y producción de material propio, y se usaron las excusas más oportunistas para vender las joyas de la abuela. El Menemato fue la época de la Entrega y la Vergüenza.
Y todavía en acciones del presente se nos pone como condición el que unifiquemos todas nuestras historias para otorgarnos la oportunidad de escucharnos en algunos despachos. Como si en todos estos años nos hubieran tratado de intervenir de cualquier forma, intervenirnos desde los “servicios” que nos acompañaban en las primeras reuniones, solo basta revisar los archivos de la DIPBA, pasando por todos los intentos de “mostrarnos” como adeptos a cualquier política, hasta las múltiples acciones de disgregación, agregación y usurpación de nuestros derechos con que han poblado las leyes que supimos conseguir los ex soldados conscriptos, metiendo adentro de una cámara séptica a colimbas, militares, torturadores y cobardes.
Tenemos la responsabilidad de ponerle nombre y apellido a las denuncias genéricas de tortura, abuso, traición, cobardía, con que hemos poblado nuestros discursos hasta hoy.
Creo que tenemos que asumirla y estoy seguro que puedo responder por todos los compañeros. Y no es una confianza idiota o fundacional. Es la confianza que me dan las acciones colectivas que hemos protagonizado en estos 25 años.
Hoy por la tarde, estaremos presentando junto con los compañeros Ex combatientes de Corrientes un trabajo con testimonios de soldados que sufrieron en carne propia la tortura en Malvinas, para luego ser presentado ante la justicia federal para que investigue como crímenes que son imprescriptibles y se condene a los responsables.
No hemos sido nosotros los que demandamos el rótulo de “héroes de Malvinas” mientras extorsionábamos a los gobiernos democráticos por Obediencias Debidas y Puntos Finales, leyes que nada tenían que ver con Malvinas… no hemos sido nosotros los que negamos lo que los propios ingleses confesaron, los fusilamientos de guerra, los actos de cobardia.. no hemos sido nosotros los que, indultados y seguimos cobrando cuanto beneficio esté al alcance de la rapiña personal o los privilegios del poder en las sombras del arresto domiciliario.
Las FFAA como institución y algunos de sus Comandantes en Jefe, decidieron no aceptar ningún proceso de autocrítica pública respecto de Malvinas. Y se ampararon en que no podían discutir esto con los soldados porque respetaban el dolor y la juventud de aquella época.
¿Porqué hubo y hay autocríticas públicas sobre los hechos del Terrorismo de Estado y no sobre Malvinas? Creemos, humildemente, porque fue en Malvinas en donde la razón de ser de unas Fuerzas Armadas de la Nación se puso en crisis.
Por supuesto que muchos cuadros superiores y subalternos de todas las Fuerzas nos piden que no los generalicemos en nuestros análisis.
Cada uno de nosotros sabe qué y cómo hizo las cosas en la guerra y estamos dispuestos a nombrar los comportamientos heroicos y ajustados a los cargos y las funciones, así como lo estamos para denunciar a los que no.
Sólo pedimos un proceso público de verdadero análisis institucional y una profunda autocrítica en donde al menos se diga que en Malvinas perdimos… y porqué perdimos. Y que esto lo hagan las propias Fuerzas.
Pero también les pedimos a las demás organizaciones sociales, populares, políticas, que entre todos realicemos los aportes para construir la memoria colectiva de Malvinas.
Que los ex soldados no somos lo mismo que Galtieri, que rememorar el 2 de abril no es justificar la Dictadura, que hablar de causa nacional anticolonialista no es ser nazis, que reivindicar a todos los que dieron su sangre por la Patria no nos hace cómplices de una decisión irracional.
Esperamos y deseamos que los organismos de Derechos Humanos incorporen la discusión y trabajo de producción a Malvinas y de toda la posguerra, que las condecoraciones, los homenajes y los estímulos no sean nuevamente un premio por algún alineamiento del presente.
Creemos que en este presente en el que se habla de malvinizar algunas causas, también se debería malvinizar el debate por Malvinas. Que no es hablar de 11718 Km cuadrados de roca y turba, sino preguntarnos por el petróleo que nos falta, por la proyección antártica que nos disputan, por los recursos marítimos de los que estamos excluidos. Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas… es decir es hablar sobre las cosas que nos faltan o de las que estamos en proceso de recuperar… es decir, hablar de Malvinas, es hablar del Futuro.
Confiamos que en este proceso, podremos construir las respuestas, las acciones y los instrumentos como para que cuando se cumplan 30 años no tengamos que hacernos cargo de conceder perdones sino disfrutar de ser ciudadanos plenos recuperando el derecho al futuro, es decir la construcción de la felicidad del Pueblo por el que nuestros compañeros cayeron, muchos de ellos sin siquiera saberlo.
Muchas gracias
Ernesto Alonso
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Título Sal en las heridas
Autor Vicente Palermo
Editorial Sudamericana
ISBN 950-07-2790-0
Clasificación Ensayo político
Páginas 480
Publicación Marzo 2007
Idioma Español
Bajar .pdf anticipo del libro
Literatura
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