Mecanismo Local de Prevención de la Tortura de la
Provincia de Buenos Aires (Ley Nacional 26.827)

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata

Información de Prensa

Décimocuarta jornada

Declararon hoy tres testigos por el caso de las enfermeras desaparecidas y a continuación el Tribunal Oral realizó una inspección ocular en la Comisaría Quinta de La Plata.

(La Plata, 14 agosto 2006).- Nidia Esther y María Ruth Formiga declararon hoy ante el Tribunal Oral Federal N° 1 por la desaparición de su hermana Nora, quien fuera secuestrada el 22 de noviembre de 1977 de su departamento ubicado en calle 54 N° 1271, junto a Elena Arce (desaparecida), Teresa Caldarini (liberada) y una joven embarazada cuyo nombre se desconoce.

Elena y Nora eran amigas y compañeras de trabajo como docentes en la carrera de enfermería, tanto en La Plata como en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Ese 22 de noviembre Elena llegó desde Capital Federal junto con su novio a casa de Nora, para ir juntas a dar clase. Vieron un operativo y el novio de Elena le advirtió que no entrara. La joven ignoró la advertencia y entró a la casa. Las mujeres fueron llevadas en el baúl de dos autos: un Dodge 1500 color naranja y un Renault 12 color azul.

Los familiares de Nora, que vivían en Bahía Blanca fueron avisados del hecho por el padre de Elena Arce, quien viajó inmediatamente a La Plata.

El 25 de noviembre arribó al lugar un camión del Regimiento de Infantería N° 7, que retiró todas las pertenencias de las jóvenes del departamento y le dejó al propietario del inmueble un recibo en el que constaban sólo algunas cosas. Según manifestó la testigo, “además de hacerlas desaparecer quisieron borrar su existencia; que no quedara ningún rastro”.

La madre de Nora emprendió una búsqueda en la cual golpeó todas las puertas, sin recibir información. Recién en agosto de 1978 recibió una carta suscripta por el Secretario Privado del Gobernador, Francisco J. García, en la que les comunicaba que según información suministrada por la Policía provincial, Arce y Formiga habían estado detenidas en la Comisaría Octava de La Plata y habían sido puestas en libertad.

Esa fue la última noticia que recibieron hasta que en el año 2000 el Equipo Argentino de Antropología Forense, en el marco del Juicio por la Verdad, identificó los restos de Nora Formiga y Elena Arce, junto a los de una tercera mujer: Margarita Delgado.

María Ruth Formiga agregó que en la casa de Nora se encontraba desde hacía un par de días una joven embarazada, que habría sido secuestrada en el mismo operativo y cuya identidad se desconoce hasta el momento.

También declaró hoy Ana María Tasca, hermana de la desaparecida Adriana Tasca, quien fuera secuestrada en diciembre de 1977, cuando estaba embarazada de cinco meses, junto a su compañero Gaspar Onofre Casado.

Tasca manifestó que su familia conoció mucha información a través del Juicio por la Verdad. Fueron Nora Formiga y Elena Arce quienes transmitieron a otras detenidas en la Comisaría Octava que habían estado en el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”, junto a Adriana y ésta les había pedido que hicieran llegar a su familia el mensaje de que buscaran a su bebé.

Aquel bebé, Sebastián Casado Tasca, es hoy el 82° nieto recuperado. “Hoy, por primera vez, pude agradecerle a la familia Formiga lo que ellas hicieron”.

La testigo se enteró por las ex detenidas Patricia Rolli y Patricia Pérez Catán que Arce y Formiga estuvieron por pocos días en la Comisaría Octava y luego fueron trasladadas, comentándose en aquel momento que fueron asesinadas.

Finalizadas las declaraciones testimoniales, los miembros del Tribunal, la Fiscalía y las partes querellantes se constituyeron en sede de la Comisaría Quinta, junto a los testigos Julio Jorge López y Adriana Calvo. Recorrieron las instalaciones y López pudo reconocer el lugar en el que fue interrogado bajo tortura, junto a Guillermo Cano, Casagrande y el soldado Aleksosky, por el Comisario Vides y Trotta. Señaló que en el pasillo de acceso a la habitación donde se torturaba se ubicaban Camps y Etchecolatz e indicaban las preguntas que se debían hacer.

López mostró la marca que conserva en su oreja, que era donde le conectaban una pinza para pasar electricidad por su cuerpo. Etchecolatz decía entonces: “conectale directo de la calle, vamos a matarlo a este viejo de m…”.

Adriana Calvo, por su parte, accedió a la zona de calabozos que se encuentra clausurada, ya que allí se produjo la muerte de cuatro detenidos en un incendio en enero de 2000. El sector, que no ha sido tocado, fue calificado por los asistentes como “tenebroso”, ya que allí no ingresa la luz del día y no había electricidad luego del incendio. El reconocimiento se realizó con el auxilio de la luz de una cámara de filmación.

Calvo reconoció el lugar donde estuvo secuestrada y también señaló el calabozo donde Inés Ortega de Fossatti hizo su trabajo de parto. En otro sector, pudo acceder también al recinto en el que estuvo detenido su entonces esposo, Miguel Laborde, con quien hablaba cuando la llevaban a un baño contiguo. En dicho recinto, que hoy es un archivo, el Tribunal halló el Libro de Detenidos de la época, así como el de contraventores, y procedió al secuestro de ambos.

La próxima audiencia se llevará a cabo el miércoles 14 de agosto a partir de las 10 horas, con la declaración de los testigos Ricardo Castro, Marta Alizsa, Nora Patricia Rolli y Diego Barreda.

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