Mecanismo Local de Prevención de la Tortura de la
Provincia de Buenos Aires (Ley Nacional 26.827)

En abril de 2004 en Washington un panel organizado por la Consejo Mundial de Iglesias y la Iglesia Evangélica Alemana, el obispo Aldo Etchegoyen presentaba su ponencia “Promoviendo justicia y democracia en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Proceso de reforma y cambio de gobierno del FMI y el BM”. A seis años de su fallecimiento, compartimos el mensaje completo brindado por el entonces presidente de la CPM Aldo Etchegoyen. Un artículo de innegable vigencia. Un artículo con la sensibilidad y solidaridad que siempre expresó Aldo.

 

En 1982 Francois Miterrand decía ‘Vamos hacia un mundo de islotes de prosperidad en un mar de miseria’. Lamentablemente aquellas palabras se han cumplido y aún aquellos organismos como el FMI y el Banco Mundial que fueron creados para favorecer el desarrollo de las naciones, han fracasado en sus objetivos.

Debemos recordar que uno de los objetivos del Fondo es: ‘Facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional y contribuir de ese modo, a la promoción y el mantenimiento de altos niveles de empleo y de ingreso real; y al desarrollo de los recursos productivos de todos sus miembros como principal objetivo de política económica.’

Hoy no son organismos que sirvan al desarrollo humano sino a un continuo y mayor crecimiento de la riqueza y poder de las ocho naciones poderosas del mundo mientras las naciones dependientes y pobres continúan empobreciéndose a través de la transferencia de sus recursos económicos puestos al servicio de la deuda externa como también al éxodo de millones de personas que hoy ofrecen su capacitación y trabajo en el norte. Miles de ellas son altamente capacitadas en el campo de la ciencia y tecnología.

Desde la perspectiva de la fe cristiana, el injusto y desigual orden económico internacional que ciertamente, tiene graves consecuencias humanas para millones de personas, para las Iglesias miembros del CMI tiene implicaciones teológicas y se constituye en un desafío a favor de un cambio profundo de estos organismos que comience en su forma de composición, estructura y decisiones.

Vengo de América Latina donde aproximadamente 250 millones de personas sufren exclusión y pobreza, una Región del mundo donde la mitad de los muertos son niños y niñas menores de cinco años que murieron por hambre, desnutrición y enfermedad.

Por otro lado, es una Región sumamente rica en recursos naturales de los cuales se benefician las más ricas naciones del mundo. Esta situación no es casual sino resultado de un bien elaborado plan político-económico-militar (al comienzo del gobierno militar l976 en Argentina la deuda era de 5.500 billones de dólares, al finalizar en 1983 había llegado a 42.800) que ha llevado a nuestros países a una esclavizadora dependencia especialmente mediante el reprobable sistema de la deuda externa.

En 1975 la deuda externa de América Latina y Caribe era de 69 mil millones de dólares, desde entonces fueron pagados 795 mil millones hasta 1990. Hoy la deuda supera 750 mil millones. Incomprensible matemáticamente hablando: más pagamos, más debemos y más pobres somos. Esto no es sólo un problema financiero sino una estructura inhumana que produce exclusión y muerte especialmente para niños, mujeres, comunidades indígenas y negras.

Hoy el panorama mundial nos muestra este panorama, los Organismos no Gubernamentales y los Organismos Religiosos vienen sirviendo desde décadas atrás en programas de nutrición y apoyo a las personas excluidas que sufren las consecuencias de las decisiones que son tomadas en los centros de poder económico mundial.

Los centros del poder económico toman sus decisiones basándose en intereses financiero-económicos y los Organismos Religiosos y Sociales procuran sanar a los heridos del sistema. ¿Hasta cuándo seguirá está muy grave situación de injusticia que permite además concentración sin límite de riquezas y continuo empobrecimiento de países y comunidades?

Desde el Sur reclamamos un cambio en la estructuras del FMI y Banco Mundial por varias razones:

  1. Humanas. La situación actual significa vida o muerte para millones de personas. En América Latina la mitad de los muertos enterrados son niños y niñas menores de cinco años que perdieron sus vidas por desnutrición y enfermedad. Además 250 millones, lo cual significa aproximadamente el 50% de la población, como resultado del bajo nivel de empleo e ingreso, viven en el nivel de pobreza y miseria. Las graves consecuencias de esto son violencia, deterioro de la educación, de la salud, del desarrollo y de las relaciones familiares.
  2. Éticas. Una gran mayoría de las deudas han sido resultado de préstamos concedidos a gobiernos ilegítimos como fueron los militares en las décadas 70 y 80. Estos gobiernos que sirvieron a poderosos intereses económicos internacionales causaron mas de 120.000 personas desaparecidas en la Región y se beneficiaron con los préstamos recibidos, que hoy los gobiernos democráticos deben seguir pagando. Este mecanismo es éticamente reprochable. Una decisión que marcaría alguna decisión a favor de un cambio sería la condonación de la deuda tomada por esos gobiernos con al acuerdo del FMI y BM.
  3. Justas. La estructura y conformación del FMI y BM expresan una manifiesta desigualdad que impide una mayor participación especialmente de las Regiones del Sur, en la composición y en las decisiones tomadas. Por otro lado estos países son los más afectados en su economía, en su libertad política y situación social por las decisiones que los organismos económicos toman.

Afirmamos la urgente necesidad de cambios que propugnen:

I. Democratización. Voz y voto no por la capacidad de riqueza y poder de los países, criterio contrario a la democracia y favorable al imperio del dinero, sino por el criterio de membresía responsable en el organismo. Mucho hablamos de democracia en el mundo sin embargo cuando de intereses financieros se trata, prevalecen los valores del poder económico.

II. Participación. a) Igualdad en la constitución de los organismos directivos, lo cual permitiría una nueva dirección en las decisiones. Ciertamente las ocho naciones ricas manejan y controlan todos los mecanismos del FMI y BM. De no haber un cambio en este esquema llegará el momento, si no ha llegado ya, que esas naciones serán responsables de la más masiva violación a los derechos económicos, sociales y culturales de millones de personas tanto en las naciones pobres como en los bolsones de pobreza de las ricas; b) Reclamamos algún mecanismo por el cual los deudores tengan voz y voto en las decisiones. Asimismo debe ser garantizada la opinión de los Organismos Religiosos y no Gubernamentales dado su muy importante lugar en el acompañamiento solidario a quienes sufren las consecuencias de esta desigual situación.

III. Equidad. La injusticia de la carencia de voto para la mayoría de las naciones dependientes se agrava por el hecho de que el país más rico del mundo tiene derecho al veto cuando sus intereses son afectados. Esto se transforma en un muy injusto privilegio que suele significar muy graves consecuencias. Asimismo la desigualdad se manifiesta en que Europa tiene exclusivo derecho a elegir el jefe del FMI y Estados Unidos del BM. Esta decisión excluye la posibilidad democrática de que esos importantes funcionarios puedan ser elegidos mediante un proceso amplio y transparente donde puedan todos los países miembros tener derecho a elección. Esta carencia de equidad se manifiesta también en la constante presión que sufren los gobiernos democráticos para la implantación de sucesivos ajustes económicos. Argentina, mi país sufre constantemente esta presión y cada visita de alguna delegación del FMI se constituye en una directa amenaza a la ya insegura estabilidad económica lograda e indirecta intervención en los asuntos internos del país. La premisa de no intervenir en los asuntos internos de un país ha caído en el olvido. Si miramos hacia América Latina en este momento todos los países están siendo presionados para llegar a la creación de la Asociación de Libre Comercio Americano propuesta que esconde detrás de la palabra “libertad” una carencia total de igualdad en el intercambio comercial. La dureza de EE.UU. en continuar manteniendo los subsidios a sus productos es un ejemplo de esta carencia de equidad.

IV. Transparencia. El FMI y el BM mundial tienen “brazos” para cubrir áreas que están fuera de sus mandatos. Esta metodología de trabajo usurpa el mandato de otras instituciones multilaterales. Es necesario también renegociar los acuerdos de relación entre el BM, FMI y las Naciones Unidas (UN) a fin de clarificar las responsabilidades de ambos organismos financieros en relación a las UN.

Antes de finalizar deseo señalar que Argentina fue un país ‘muy buen alumno’ en hacer los ‘deberes’ que impuso el FMI especialmente en el tiempo del gobierno del Dr. Carlos S. Menem sin embargo en ese período 1990-1999 la deuda creció en 80.919 billones de dólares, en ese mismo tiempo el resultado de las privatizaciones de empresas del estado alcanzó una suma aproximada a 30 billones. Ese país ‘buen alumno’ llegó al momento cuando perdió el respaldo del Fondo y literalmente ‘cayó al vacío’ en diciembre del año 2002, el sistema político tembló, tuvimos cinco presidentes en diez días, decenas de muertos por la represión, el sistema bancario levantó un muro a los depósitos del pueblo y toda la economía fue un caos.

Finalmente dejo algunas preguntas:

¿Será posible un cambio del FMI y del BM? o todo esto será un ‘juego de palabras’

Hoy los Derechos Humanos son sistemáticamente violados por los intereses de grandes monopolios de países y empresas ¿llegará el momento cuando la vida se imponga sobre los intereses económico-financieros?

Desde el CMI estamos vislumbrando una nueva forma de Instituciones Financieras. Ellas deberían ser: menos ideológicas, menos burocráticas, más flexibles y más pragmáticas. Deberían prestar mayor atención a una economía que sirva principalmente, al bienestar de las personas, a una economía que genere trabajo antes que hambre y educación y desarrollo antes que exclusión. El desafío es adquirir una nueva visión en la cual la vida tenga su valor real.

La preocupación del Consejo Mundial de Iglesias en cuanto a la justicia económica se basa sobre la falta de compartir el poder de parte de las instituciones económicas y financieras poderosas en el mundo. Cree que solamente una verdadera democratización puede hacer que el mercado, instituciones financieras y otras instituciones relacionadas cumplan su papel adecuado en la sociedad. El movimiento ecuménico por años ha criticado la falta de la democracia económica, la flagrante desigualdad internacional en la distribución de ingresos, conocimiento, poder y riqueza. Así, el poder dentro de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) debe ser distribuido según los ideales de la democracia.

En uno de los encuentros del CMI (durante la reunión de) el FMI y el Banco Mundial que se llevó a cabo en octubre del 2003 en Washington, DC, el CMI concluyó: ‘En cuanto al gobierno y responsabilidad, se reconocieron comúnmente el déficit democrático en el gobierno de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) y la necesidad de reformas para que las IFI sean más democráticas y responsables. Un número de cambios están en proceso y son apreciados, pero esos cambios no son suficientemente profundos y más trabajo tiene que ser realizado en esta área. En particular la voz y la representación de los países en desarrollo en las estructuras del gobierno de las IFI’s tiene que ser ampliadas y fortalecidas.

Para llegar a esa meta es preciso con urgencia un cambio hacia una situación donde se haga manifiesta plenamente la democracia, la igualitaria participación y la justicia. Las Instituciones Financieras Internacionales exigen gobiernos responsables y democracia en las naciones en desarrollo. Ellas mismas deberían demostrar que son democráticas.

Aldo Etchegoyen

24 de abril de 2004 – Washington

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