En el marco de los homenajes a 40 años de la guerra y con motivo del acto “El regreso de nuestros soldados de Malvinas”, el Municipio de La Plata se dispone a conmemorar a dos oficiales acusados de torturar a soldados conscriptos en el Regimiento y en las islas.
En línea con el reclamo del CECIM La Plata, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) repudia este acto que encierra un claro mensaje negacionista, desconoce la lucha por justicia de ex combatientes para que las torturas en las islas sean condenadas y resulta una afrenta a la memoria de los soldados conscriptos de Malvinas, esos jóvenes que fueron a luchar sin preparación, con equipamiento viejo y que, además de los horrores de la guerra, tuvieron que padecer las torturas aplicadas por sus propios superiores.
El acto se iba a realizar el pasado 9 de julio y se pospuso para este sábado; sin embargo, ya se colocó en el predio del ex Regimiento de Infantería 7, recientemente señalizado como sitio de memoria, la placa con el nombre de los soldados que serán homenajeados. Entre esos nombres, serán reconocidos Darío Rolando Ríos y de Juan Domingo Baldini, dos oficiales identificados por haber cometido graves violaciones a los derechos humanos contra los soldados conscriptos.
El subteniente Juan Baldini está acusado de estaquear a dos soldados en las islas, amedrentar y, en una oportunidad, disparar con una ametralladora contra soldados que intentaban cazar una oveja para paliar el hambre en las islas. Por su parte, según los testimonios, el Cabo primero Darío Ríos empleaba prácticas abusivas durante el ejercicio militar, los mal llamados “movimientos vivos”, que en muchos casos terminó con soldados hospitalizados. Además, denuncian que a un soldado lo encerró en el calabozo esposado a los barrotes para que otros detenidos lo abusen sexualmente.
Por primera vez en estos 40 años, estos dos oficiales acusados de torturas serán homenajeados por el Estado municipal. De ningún modo puede admitirse el homenaje a torturadores. Y mucho menos que sus nombres figuren en una placa junto al nombre de los ex soldados conscriptos caídos de las unidades de La Plata. La decisión de Julio Garro y de su secretario de homenaje Federico Gómez de hacerlo es una verdadera afrenta a su memoria. Y constituye una revictimización a los soldados sobrevivientes que padecieron sus torturas, quienes a 40 años de la guerra, siguen pidiendo justicia.
La causa que investiga estos delitos de lesa humanidad está hoy en la Corte Suprema de Justicia que debe expedirse sobre la imprescriptibilidad de estos crímenes: más de 180 personas declararon en la causa como víctimas o testigos de las torturas durante el conflicto bélico. Hay 130 militares argentinos imputados por esos crímenes; 3 de ellos procesados y otros 20 con llamado a indagatoria.
Honrar la memoria de los oficiales acusados de estos crímenes es un acto de profundo desprecio por los principios de memoria, verdad y justicia que son una conquista del pueblo argentino y un pilar de nuestra democracia.
Mientras tanto, el Municipio de La Plata sigue sin cumplir con ordenanzas impulsadas por ex combatientes y votadas por unanimidad por el Concejo Deliberante, entre ellas la declaración como sitio de memoria del predio donde funcionó el Regimiento 7, recientemente señalizado por Nación.
A 40 años de la guerra, es inadmisible que el Estado –en este caso, municipal– siga repitiendo discursos que buscan legitimar, reivindicar y consagrar como héroes de Malvinas a miembros de las Fuerzas Armadas que fueron parte del terrorismo de Estado y torturaron a sus propios soldados.
A 40 años de la guerra, el Estado todavía tiene que saldar una enorme deuda de justicia con esos soldados conscriptos que fueron torturados durante el conflicto bélico.