La Comisión Provincial por la Memoria expresa su repudio y preocupación ante los hechos sufridos por Soledad Reyes, profesora de historia, docente, ciudadana argentina que, invitada por las autoridades del municipio de Punta Indio, intentó expresar su pensar en torno a la Guerra de Malvinas en el acto protocolar del 2 de abril donde se homenajeaba a veteranos.
En el momento en que estaba leyendo su discurso, inscribiendo la guerra en el marco de la dictadura militar, comenzó a ser abucheada por los veteranos y militares perteneciente a la Base Aeronaval de Punta Indio. En señal de repudio a los dichos de la docente, el comandante de la Base Aeronaval y otros militares le dieron la espalda y se retiraron del acto, mientras la docente intentaba terminar de expresar su pensamiento.
La actitud sostenida por miembros de alto rango de las Fuerzas Armadas es inconcebible en el marco de la democracia. Un oficial de la Fuerzas Armadas, Comandante de una Base, está obligado más que cualquier ciudadano de pie a respetar las múltiples posiciones frente a la realidad y la historia.
En este caso hay algunas cuestiones que ya son una certeza indiscutible como realidad histórica: la Guerra de Malvinas se inscribió en la última dictadura militar, donde se violaron sistemáticamente los derechos humanos, con miles de personas desaparecidas, presas, exiliadas y torturadas. Cientos de sentencias judiciales así lo confirman.
Frente a esta realidad irreductible, solo pueden sentirse ofendidos aquellos que la niegan como tal y la reivindican. La actitud de los oficiales y suboficiales frente a una ciudadana que expresaba una perspectiva sobre la Guerra, reconocida por la historiografía, validada por cientos de ex combatientes, es una afrenta a la democracia y a los miles de soldados que padecieron el frio, el hambre, las torturas, y también la muerte por responsabilidad de sus propios jefes durante la contienda. Estos crímenes gravísimos fueron incluso reconocidos en el Informe Rattenbach, elaborado por las propias Fuerzas Armadas, pero aún no fueron juzgados. Luego de la guerra y producto del padecimiento y negación de asistencia y de justicia, más soldados aún que los caídos en la guerra se suicidaron sin poder soportar el dolor sufrido.
Es muy importante que las instituciones de la democracia, sus autoridades y las organizaciones sociales y políticas, se expresen con contundencia frente al agravio sufrido por Soledad Reyes.
Seguimos sosteniendo las consignas de Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía sobre las Islas Malvinas y la Guerra.
Afirmamos una vez más que si hoy estamos lejos de lograr su integración a nuestro continente, con todos los perjuicios que ello implica para el bienestar del pueblo, fue por la acción de la dictadura.
Nuestro país le debe a miles de ex combatientes que esperan la justicia, juzgar y condenar a los militares argentinos que los torturaron estaqueándolos bajo la nieve, la lluvia o incluso los bombardeos enemigos, los sumergieron durante mucho tiempo en pozos de agua helada, les negaron la comida mucha de ella aportada por la solidaridad del pueblo y que se perdió en las redes de la corrupción.
El Sr. Comandante de la Base Aeronaval, como funcionario designado por la democracia, debiera exigir la justicia para los soldados y no reivindicar o defender con sus actos, los crímenes de lesa humanidad cometidos por los jefes militares que deshonraron de manera infame a las Fuerzas Armadas.