Mecanismo Local de Prevención de la Tortura de la
Provincia de Buenos Aires (Ley Nacional 26.827)

DIEGO BARREDA contó que había sido despedido de Astilleros Río Santiago y por ese entonces trabajaba en la construcción.  Fue detenido una cuadra antes de llegar a su casa, venía con unos vecinos que trabajaban juntos, los detiene una camioneta Dodge sin identificación y un falcon, entre 10 y 15 personas armadas, los rodean, lo esposan, le ponen vendas en los ojos. Alcanza a ver como varios vecinos se acercan y los apuntan con una ametralladora, la gente ve efectivamente que los detienen. Recibe los golpes que corresponden a ese mecanismo represivo en el propio vehículo, fue trasladado a lo que luego confirmó era el Pozo de Quilmes. Allí fue torturado y maltratado durante más de tres meses. Deja en claro que el centro de torturas era la comisaría de Quilmes y que fue ampliamente registrada, recuerda que muy cerca había una escuela y recuerda los transportes. Luego fue trasladado al Pozo de Banfield que era el centro de investigaciones de la policía de la provincia donde estuvo 3 meses y medio y luego fue trasladado a La Plata

“Hay un folclore en los campos de concentración, es una cultura: una de las cosas que incluía es que si a uno lo trasladaban de día, aparecías en libertad, si te trasladaban de noche, te asesinaban. Esto era parte de la angustia que también padecíamos los detenidos”

Posteriormente su traslado fue a la comisaría 8va. de la Plata, lugar emblemático e ilustrativo del aparato represivo dirigido por Camps y Etchecolatz. En ese lugar reconoce a tres detenidos que conocía de antes, Eduardo Bonín del Astillero Río Santiago, Fracaroli y Barati son de Astilleros y Propulsora Siderúrgica, además uno estudiante de medicina. Ellos llevaban 18 meses secuestrados, venían de la 5ta. de La Plata, estuvieron 15 meses en esa comisaría y llevaban 3 meses en la 8va. “El grado de deterioro de esos compañeros por el tiempo de detención -es un año y medio-, se presentan: de La Plata, de Astilleros…”

Cuenta que le dicen que va a estar a disposición de un Consejo de guerra del Ejército y lo trasladan a Villa Devoto. Dicho Consejo estaba presidido por Basili. “El Consejo de Guerra, como estaba escrito, no podía juzgar civiles, era una obviedad para ellos, eso está en el Código de ellos; el tribunal se tenía que declarar incompetente, porque no podía juzgar civiles, fusilaron gente en Córdoba con ese código, estábamos en el 78 y él haberme pasado a un Consejo de Guerra era una transición hacia el blanqueo. Me habían reconocido como ciudadano ilustre que iba a ser juzgado” De allí lo trasladan desde Devoto a la Unidad 9 y le comunican por citación que estaba a disposición de la Justicia federal, ante el juez Russo.

“El Astilleros tiene semejante cantidad de desaparecidos, según lo que han podido cotejar, es la empresa industrial con más desaparecidos. El objetivo de la represión no fue desaparecer gente solamente, se necesitaba eso para un proyecto político económico que aún se padece. El Astillero Río Santiago es parte de una cultura que a pesar de esas desapariciones es la única que resistió el embate privatizador de los años 90. Es una empresa estratégica, SOMISA e YPF fueron destruídas. El proceso de desmantelamiento y destrucción era la necesidad de que miles de personas desaparecieran; era un requisito sine qua non para avanzar en un proyecto económico, político y militar, el descabezar lo más avanzado, independientemente de la cultura política de esos compañeros”, dijo.

Por su parte declaró Patricia Rolli, detenida en la Comisaria 8va. más de un año.

Contó que fue secuestrada de su domicilio materno en la madrugada del 15 de abril de 1977, junto con su padre en 510 entre 11 y 12 de Ringuelet por un grupo armado autodenominado “fuerzas conjuntas”. Los trasladoron al CCD La Cacha, un antiguo lugar de transmisión de Radio Provincia. Ella tenía 19 años. El 30 de junio de 1977 los trasladan a su padre y unos cuantos compañeros más en varios autos, a la comisaría 8va en La Plata.

“Pude reconocer a Néstor Torrillas, Roberto Amerise, Patricia Pérez Catán, Crescimelli, entre otros. Estuve un año, era una comisaría moderna, había calabozos, conocía los de hombres porque estaban los presos políticos. En otro calabozo estuve con Patricia Pérez Catán, pero nunca nos mezclaron con los detenidos comunes”

Después de la 8va. el destino fue cambiando para todos: su compañera, su padre, todo su grupo fueron llevados al Regimiento 1 de Patricios ante jueces militares de instrucción. Les dijeron que los iban a juzgar por una ley transitoria de ese momento,Consejo de Guerra y que iban a ser beneficiados por haberse presentado “voluntariamente” y esto reducía la condena.  se reducía a un tercio. Cuanta que no estaban vestidos de uniforme, estaban de civil, pero eran hombres grandes con grados militares. Luego de una espera de dos horas, no sabe si fue una contra orden o que pasó pero los volvieron a llevar a todos a La Plata a la comisaría donde estuvieron otro año. Finalmente trasladaron a todos los hombres de su grupo a la Unidad 9 y a ella a Devoto. Recupero su libertad el 11 de julio de 1978 y su padre dos días después. Les dieron como un documento que decía que fueron juzgados, estaban las firmas de los del Consejo, y debajo firmado Suárez Mason.

“En la 8va. no había cifras de detenidos, pero en algún momento a los hombres los han mezclado a los presos políticos de los comunes, momentos en que coincidían la periódica detención de quinieleros, prostitutas; una vez fueron muchos porque de Berazategui y Lomas vinieron huelguistas de Alpargatas, era mixto; respecto a otras personas que actualmente estén desaparecidas que estuvieron conmigo en la comisaría 8va. sólo recuerda a las chicas enfermeras, Elena Arce Sahores y a Nora Livia Formiga.

ALIZSA dijo que era una tarde calurosa de un domingo. Ella estaba con una cuñada y la abuela en la casa, con los hijos jugando en la puerta y de repente, los soldados los meten a todos dentro de una pieza. Sintieron ruidos arriba del techo, pasos, corridas y un tiroteo. No sabían qué era lo que estaba pasando. Pasa un rato, los hacen quedar adentro de la pieza, y de repente entra la chica que conocían como Margarita Delgado que entra con sus hijas, dos nenas en sus brazos.

“A Margarita se la llevan y yo no sabía que a los otros dos señores los habían matado” Dice que les pregunta por qué se la llevan a ella y le contestan que era subversiva. Ellas pidieron que la dejen – a Margarita- porque tenía nenas chiquitas pero se las llevan a las tres en autos sin identificación, gente de civil. La mujer relata que un uniformado le dijo que a las nenas  las llevaban al Hospital de Niños.

“Nunca más vimos ni a los dos hombres, ni a Margarita ni a las nenas a Margarita. La conocí un par de meses, de las nenas una cumplió el año cuando estaba ahí, y la otra tendría 4 ó 5 meses”

El señor CASTRO dijo que tenía una relación sentimental con Elena Arce Sahores y la conoció a Nora Livia Formiga (detenidas deparecidas)En noviembre del 77, en 54 entre 20 y 21, fueron secuestrasdas cuatro mujeres en la casa donde vivía Nora Formiga con otra chica, Teresita Calderini. Teresa, Nora y Elena eran enfermeras diplomadas a nivel terciario, trabajaron juntas en la localidad de 9 de julio. Nora se había radicado en La Plata y Elena vivía en Capital en la casa de la abuela. Ambas daban clases en la Cruz Roja de La Plata junto con Teresita Calderini que es la única que liberaron. Ella era su alumna.

“Después del secuestro, al tiempo, un día apareció Teresita, que la habían liberado. Para esa época estaba trabajando en el Hospital Español de la Plata. Me comentó que tenía noticias de Elena y Nora por un cabo, Hernán. Ella había estado en la casa cuando irrumpió el ejército violentamente. Cuando empieza el operativo estaban Nora, Teresita y una chica embarazada, a posteriori llega Elena y también la detienen y se llevan a las cuatro. Por lo que me dijo a Teresita en líneas generales la trataron bien, tenía una personalidad muy particular, era testigo de Jehová. En cambio a Nora y Elena sí, las torturaron, golpearon, sobre todo los primeros tiempos. Contó que Elena y Nora, por su profesión,atendían a los que estaban en ese Centro.  A Teresita cuando la liberaron la subieron a un auto con los ojos vendados, anduvieron bastante tiempo, hasta que le dijeron bajate y le dieron plata para que se tome el micro, la bajaron cerca de la Ciudad de los Niños.”

Share This