Especial | Día internacional de la mujer trabajadora
MATERIALES PARA TRABAJAR
El 8 de marzo se conmemora en todo el mundo la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos.
En el año 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La historia de la declaración está bastante alejada de ser un motivo de celebración: el día remite a un hecho ocurrido el 8 de marzo de 1908, cuando 129 mujeres perdieron la vida en un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
Hay otros antecedentes históricos que confluyen en esta fecha. Hacia 1875 grupos de mujeres de todo el mundo comienzan a organizarse sindical y gremialmente para pedir reconocimiento de derechos, principalmente aquellos derechos laborales como la reducción de la jornada laboral, mejores salarios, condiciones dignas de trabajo y derecho a agremiarse. Uno de los hechos más emblemáticos fue la huelga de trabajadoras textiles en New York que reclamaban mejores condiciones laborales y terminar con el trabajo infantil.
En 1910 se realizó en Copenhague (Dinamarca) a la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, donde el tema central fue la muerte-asesinato de las mujeres trabajadores en Estados Unidos. Por moción de Clara Zetkin, una teórica integrante del Partido Socialista Alemán, se declara en la conferencia al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora; la declaración fue apoyada por otros miembros como Rosa de Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el derecho al voto, mejores condiciones laborales y la igualdad entre los sexos fueron los principales reclamos del movimiento feminista, desde las huelgas en Rusia de 1917 hasta movilizaciones alrededor de todo el mundo.
En 1890, en Argentina, la feminista, sindicalista y anarquista Virginia Bolten encabezó la primera manifestación del 1° de Mayo en Rosario, portando la bandera negra con la leyenda “Fraternidad Obrera Universal”. Ese mismo año, frente a la Refinería Argentina, la empresa azucarera donde trabajaba, pronunció un discurso revolucionario, convirtiéndose en la primera mujer oradora en una concentración obrera. En 1896, Virginia fundó el periódico anarcofeminista La Voz de la Mujer que fue escrito por y para las trabajadoras bajo el lema “Ni dios, ni patrón, ni marido”. Se publicaron pocos números, difundidos de forma casi clandestina, pero en sus páginas se plasmaron los derechos de las mujeres en lo laboral, lo religioso, lo social y lo familiar, pues también se analizó la figura del esposo como explotador. Bolten denunció así la injusta situación de la mujer, criticando tanto a la sociedad de la época como a la iglesia.
Desde entonces los feminismos organizados no sólo fueron conquistando derechos y espacios de poder, sino que ganaron cada vez más visibilidad en la escena política, ampliando la agenda de demandas: derecho a la autonomía de los cuerpos y territorios, soberanía de los derechos sexuales y reproductivos, igual remuneración por igual trabajo, reconocimiento de aportes por las tareas de cuidado, cupo laboral travesti y trans, implementación de una educación sexual integral no binaria, políticas públicas contra la violencia racista y colonial, entre otras.
La irrupción de las disidencias sexuales como sujetxs políticos no sólo renovó la agenda de temas sino también los itinerarios y estrategias políticas de lucha del movimiento en el espacio público.
El movimiento de mujeres y disidencias sexuales organizado visibiliza y denuncia las violencias por cuestiones de género y también exige que los Estados intervengan activamente en el diseño de políticas públicas para eliminar y erradicar la violencia racista y patriarcal en todas sus formas, que tiene a los femicidios y crímenes de odio como su expresión más brutal. Esta alianza no sólo representa una amenaza para el orden cisheteronormado establecido en el mundo contemporáneo sino que sus demandas se inscriben también en una perspectiva interseccional (de clase, género, raza/etnia) que denuncia las profundas inequidades sociales y económicas vigentes en las sociedades modernas; desigualdades que, a pesar de algunos importantes avances de las últimas décadas, sigue impactando de manera significativa en las mujeres y disidencias sexo género políticas.
El 8 de marzo de 2017 se produjo el primer paro internacional de mujeres, y se repite hasta la actualidad. La movilización fue motivada por la lucha contra la violencia machista, y las distintas formas de opresión contra las mujeres, lesbianas, travestis, bisexuales, personas trans y no binaries. La acción internacional simultánea tuvo el objetivo de visibilizar la situación de explotación de las mujeres en el ámbito del trabajo, la reproducción social y el trabajo reproductivo.
Actualmente, la organización del paro internacional de mujeres cuenta con la adhesión de más de 170 países y miles de actividades alrededor del mundo.
Línea del tiempo
Feminismos: historia de organización y lucha
La historia del feminismo en Argentina se enlaza a las luchas del feminismo latinoamericano y mundial frente a la violencia ejercida por el sistema patriarcal. La historia del arte feminista se configura en un doble sentido. Surge como proceso de visibilización para correr el velo de las violencias machistas que padecen las mujeres y las personas no binaries, en el orden privado y público; por otro lado, devela los modos de producción artísticos patriarcales: cómo mira el varón la otredad en la vida y en el arte, y cómo se ocultan las producciones que no señalan su posición dominante.
A través de los años muchas voces de las feministas se alzaron trazando un camino de liberación y señalando el sometimiento al mundo privado, lo doméstico, la domesticación de hábitos de sumisión. Las denominadas labores domésticas, revestidas por años por la estética del amor de mujer y de madre, son puestas en tensión por las artistas. La representación dominante de la imagen y cuerpx de lo femenino, atada por siglos a un estereotipo de género binario, biologicista y colonial, desprecia, niega y oculta a lxs cuerpos que no forman parte de este imaginario al servicio del patriarcado.
Les proponemos, junto a la muestra, una guía de actividades para pensar estas fotografías que reúne distintas miradas acerca de los modos de organizarse, de habitar los cuerpos, de dar batallas y también de resistir. Las imágenes no son únicamente representación, se constituyen en herramienta de denuncia y acción colectiva.
Feminismos - Historias de organización y lucha
La disidencia sexual en la mirada de la DIPPBA
El seguimiento y la inteligencia realizada a quienes la DIPPBA definía como travestis, homosexuales, lesbianas y amorales no fue constante ni sistemática. Sin embargo existe cuantiosa información en el Archivo que muestra la estigmatización y espionaje hacia las personas por su orientación sexual e identidad de género: los agentes de inteligencia se inmiscuían en la vida íntima, informaban sobre las formas de actuar y sentir, perseguían las maneras consideradas fuera de lo normal y registraban los actos de resistencia.
En los informes y escritos se evidencian los prejuicios, las maneras de nombrar que parte de la sociedad utilizó en la vida cotidiana para señalar a las y los amorales se mezclaban con la jerga policial. Las palabras más utilizadas fueron: homosexuales, actos travestis, mujeres hombrunas, marimachos, pederastas, amanerados, afeminados, conductas lesbianas y amorales sexuales.
Hubo un modus operandi en la manera de hacer foco sobre estos cuerpos, tanto en directivas internas como en los conocidos códigos contravencionales que penaban con multa de días de arresto por homosexualidad. Las directivas emanadas desde las autoridades de la DIPPBA en los denominados 82 puntos, luego 108 y posteriormente 162, fueron un procedimiento del cual se desprendía el concepto moral de los ciudadanos. Un sistema que consistía en la enumeración de varios puntos a tener en cuenta en la actividad de hacer inteligencia que datan desde el año 1957.
Colección documental – La disidencia sexual en la mirada de la DIPPBA
La realidad en clave de género: las producciones de Jóvenes y Memoria
Desde su surgimiento en los años ´60, la perspectiva de género sirvió para estudiar lo social a la vez que para denunciar y desnaturalizar un estado de cosas aceptado hasta entonces como del orden de lo biológico.
Hoy se reconoce que hay género en todos los aspectos de la vida social de una persona. Atraviesa el lenguaje, el trabajo, las publicidades, las vidrieras, los bares, las relaciones. Nos ayuda a reflexionar acerca de las diversas violencias que sufren tanto las mujeres como quienes se apartan de la heteronormatividad y a problematizar su contenido simbólico en el marco de relaciones de poder.
Hace algún tiempo se ha levantado el velo histórico que tapaba la discusión alrededor de estas temáticas, y han surgido espacios de debate y acción donde repensar las identidades, los mandatos y las posibilidades de construcción social y cultural de los individuos desde una perspectiva de género.
En el marco del programa Jóvenes y Memoria cada año aumenta la cantidad de investigaciones que abordan la realidad en clave de género y la instalan en la agenda actual de los derechos humanos para debatir estas problemáticas que les son propias.
Acá les compartimos una colección de cortos audiovisuales con una guía de lectura y actividades.
yo, tú, el, ella, nosotros. género y violencia
Ciclo de cine debate - Istor
Mujeres y encierro
El marco de sobrepoblación, hacinamiento y torturas se replica en todos los lugares de encierro de la provincia de Buenos Aires. Estas condiciones de detención constituyen graves violaciones de derechos humanos, e impactan de manera diferencial en los lugares de encierro destinados a mujeres y personas trans.
Su encarcelamiento se vincula generalmente con el endurecimiento de los discursos y anuncios de persecución del narcotráfico, que en la práctica se limita a encerrar a los eslabones débiles de la cadena delictiva. Una gran proporción de las mujeres cis y las personas trans y travestis están detenidas por infracciones a la ley 23.737 de estupefacientes.
La participación de mujeres, trans y travestis en estos mercados ilegales no debe escindirse de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran: la pobreza y la exclusión del mercado laboral, atravesadas por la desigualdad y las violencias del sistema patriarcal.